miércoles, 24 de agosto de 2011

Quieren silenciar la respuesta maravillosa de los jóvenes.

“Ser católico no está de moda, sí criticar la fe”

Monseñor Adolfo Uriona, obispo de Añatuya (Argentina), participó en los días previos a las JMJ 2011, en el “Curso Norte-Sur: Esclavitud Infantil”, organizado por el Movimiento Cultural Cristiano en la Casa de Espiritualidad Emaús, en Madrid. Don Adolfo expuso la situación de empobrecimiento que vive su diócesis y la labor de la Iglesia, siempre al lado de los últimos.
El obispo de Añatuya contó también que compartió la catequesis con los jóvenes de Añatuya, de la Obra de Don Orione, de Zárate-Campana, mexicanos, españoles y colombianos.
Asimismo, lamentó leer en los medios argentinos las noticias alarmantes acerca de enfrentamientos entre los peregrinos y "un grupo no numeroso" de “¿indignados?” que claman contra el Papa (también lo hicieron en otras visitas) con una inusitada virulencia y odio. “No son muchos, pero hacen mucho ruido y la prensa está más pendiente de ellos que del millón de jóvenes que celebran, rezan, viven una alegría sana y contagian de “buena onda” las calles, los subterráneos y las plazas de Madrid. Me llama la atención lo tendencioso de los artículos que no tiene nada que ver con la realidad (ya ocurrió con otros Jornadas Mundiales y luego se llamaron al silencio por la respuesta maravillosa de los jóvenes)”, agregó para luego afirmar: “Ser católico no está de moda; sí el criticar de manera ácida a la Iglesia, al Papa y al que manifiesta su fe”.
El obispo argentino consideró que “debemos responder evangélicamente: ‘dando razón de nuestra esperanza con amor y poniendo la otra mejilla’, pero también con convicción y la fuerza que nos da la verdad que nos viene de Jesucristo”.
Sé que no es fácil responder al insulto y a la agresión con una sonrisa y viendo, aún en el que te ataca, el rostro de Jesucristo, pero creo que ahí radica el gran desafío de los cristianos. Hoy debemos ser ‘mártires’, es decir ‘testigos’. Testigos de la presencia de Jesús que está en medio de nosotros aunque muchos la rechacen o la quieran negar”, subrayó.
Por último, monseñor Uriona pidió que “recen por los frutos de esta JMJ que marcará sin duda la vida de nuestros jóvenes”.




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