martes, 25 de octubre de 2011

Entrevista a Norberto Pico, jefe nacional de Falange Española de las JONS



Norberto, hace justamente un año te hacíamos una entrevista para Patria Sindicalista y en la que el que hablaba era entonces secretario general de Falange Española de las JONS y ahora es jefe nacional. ¿Qué ha cambiado en estos doce meses?

—En lo personal, he sido padre por segunda vez. En lo político, una vez hecho el anuncio del adelanto electoral, asistimos a los estertores del segundo gobierno de Rodríguez Zapatero. Toca, pues, hacer balance y previsiones de futuro. El balance es profundamente negativo. En lo nacional, el separatismo ha ganado terreno gracias a las reformas estatutarias. En lo económico, la ruina del Estado en todos sus niveles: central, autonómico y municipal. Y en lo social, con barra libre al aborto, con los ataques a la familia, con el desprestigio de la educación y un largo etcétera.

Respecto del futuro, pudiera parecer que cualquier cosa es mejor que Zapatero, pero veremos si, en la práctica, Rajoy lo es. Hasta ahora, los gobiernos populares no sirvieron para modificar el rumbo marcado por los socialistas sino, en todo caso, para ralentizarlos. España no necesita sólo un cambio de gobierno, necesita un cambio de régimen.

Es un comentario prácticamente unánime que en la asamblea de junio pasado el traspaso de poderes se produjo bajo lo que pudiéramos llamar una “transición tranquila”. ¿Cómo valoras el relevo en la jefatura nacional?

—La historia de la Falange es la historia de sus escisiones. Por eso, poder haber llevado a cabo un cambio en la jefatura nacional con absoluta normalidad y que el jefe nacional saliente sea hoy un colaborador más del nuevo jefe nacional, tiene para mi un gran valor.

Norberto, ¿qué hay de salvable y qué hay de mejorable en la larga gestión de Diego Márquez, tu antecesor en el cargo?

—Quizá hoy no lo percibamos en su justa dimensión, pero Diego Márquez pasará a la historia de FE de las JONS como alguien que devolvió a la organización su personalidad política tras tantos años de manipulación. Eso tiene un valor incalculable... Respecto de su gestión, evidentemente, siempre hay cosas que mejorar. Veremos si somos capaces de hacerlo.

Aunque ya esbozaste las claves de idea de cómo debe ser la organización del futuro y qué ideas-fuerza deben sostener la Falange de 2011 para los presentes en la asamblea nacional de afiliados que apostó por tu candidatura, me gustaría que los resumieras para los lectores de Patria Sindicalista.

—Los retos que tenemos planteados son fundamentalmente organizativos. Al contrario que pudo pasar en otras épocas, FE de las JONS no tiene hoy un problema de definición ideológica. Cierto es que, en algunos aspectos, se deban concretar más certeramente las propuestas falangistas y que, indudablemente, haya que dar una respuesta viable y convincente a los nuevos desafíos que plantee la sociedad. Pero no es en el aspecto ideológico donde FE de las JONS encuentra más urgencias.

En cambio, sí es importante diseñar un plan estratégico para los próximos años que fije los objetivos políticos y organizativos. Tenemos que identificar las prioridades y ordenar los recursos materiales y humanos —ambos escasos, como muy bien sabes—para optimizarlos... Hay que adecuar la estructura de la organización a su composición y tamaño actual, rompiendo si es preciso con esquemas tradicionales pero que se han demostrado ineficientes. Son tareas que vamos a acometer desde la humildad de reconocernos como lo que somos: una organización modesta.

Tu procedes, Norberto, del FES una “familia falangista” que, durante la transición política se ganó, merecidamente por otra parte, la fama de “joseantonianos químicamente puros”, de gente que “estaba en línea”. Ahora diriges una organización en la que hay afiliados del FES, pero también afiliados que proceden de los Círculos “José Antonio”, afiliados de la antigua “Auténtica” y, por supuesto, afiliados que nada tienen que ver con este esquema, ya un tanto obsoleto, y que han venido a Falange Española de las JONS sin ningún “apellido” asociado. ¿Qué hay de realidad y de mito de esa suerte de amalgama? ¿Es hoy Falange Española de las JONS un partido más cohesionado?

—En realidad yo soy más de FEI que del FES. Puede parecer una distinción sutil, pero los que conocen la historia de ambas organizaciones saben que, si bien una es el embrión de la otra, el FES protagonizó la lucha falangista frente a la manipulación franquista y FEI se desarrolló ya en democracia. La militancia clandestina, por tanto, es un mérito que no me corresponde.
Falange Española Independiente fue para mí una escuela de falangismo. Recuerdo esa etapa con gran cariño y con agradecimiento para quienes la dirigieron todo ese tiempo. Pero todo eso ya pasó... Es bonito pensar que la militancia actual de FE de las JONS procede de organizaciones falangistas diversas. Hace realidad aquello de que ésta es la “casa común” de los falangistas. Y es positivo sobre todo porque, como muy bien dices, FE de las JONS es hoy un partido cohesionado, sin tensiones internas ni amenazas de escisión. Siempre habrá, cómo no, quienes se identifiquen más y quienes se identifiquen menos con la dirección de la organización, pero esas diferencias se substancian en los órganos internos y los intereses de la organización prevalecen sobre los de los grupos o las sensibilidades que la integran... Este es un valor que debemos esforzarnos en conservar.

Norberto, sabemos que mantienes contactos con la cúpula de Falange Auténtica y con la Mesa Nacional Falangista. La relación con estos últimos es obvia: Fernando García Molina es columnista habitual de Patria Sindicalista y la Mesa Nacional Falangista se integró en las listas municipales de FE de las JONS por Granada en las últimas elecciones municipales. ¿Estamos los falangistas en disposición de seguir dando pasos adelante? ¿Cabe la posibilidad, en un futuro no lejano, de actuaciones conjuntas en estrategias y campañas conjuntas o la fruta aún no está lo suficientemente madura?

—Dije ante la Asamblea General que me eligió jefe nacional que aspiro a mantener una relación cordial con todos los grupos falangistas. Todos, insisto. Incluso con aquellos con los que el entendimiento es más difícil por lo alejado de nuestras posturas.

Dije también que, al contrario de lo que pueda parecer, Falange no está mal por estar dividida, sino que está dividida por estar mal, porque hacemos mal las cosas. Cuando un grupo falangista ofrezca un proyecto político serio, cuando su organización sea eficaz y su presencia en la sociedad constante, veremos como la inmensa mayoría de los falangistas convergen en la misma sin necesidad de forzar la unidad. En eso es en lo que trabajamos.

La relación tanto con FA como con la MNF es, efectivamente, buena. Y lo es porque se sustenta en el respeto mutuo y porque coincidimos en no tener prisa por encontrarnos... Será bueno que siga siendo así.

Este verano Falange Española de las JONS ha estado ocupada en una campaña contra la reforma de la Ley Electoral que fue aprobada en enero de este año. ¿Qué es lo que esconde dicha reforma y en que perjudica a Falange Española de las JONS?

—Con la excusa de querer evitar que haya partidos que concurran a las elecciones para hacerse con el censo electoral y lo utilicen de forma fraudulenta, el Parlamento introdujo en la Ley Electoral nuevos requisitos para que los partidos sin representación en las Cortes puedan presentar candidaturas. A partir de las próximas elecciones generales, todos los partidos sin representación deberán recabar la firma de miles de ciudadanos para poder concurrir a las mismas. Más de 30.000 en total para poder concurrir en toda España.

Esta es, sin duda, una medida abusiva y antidemocrática, porque coarta la libertad ideológica e impide la participación en política de miles de españoles. En las últimas elecciones, las de 2008, los partidos sin ninguna representación obtuvieron en conjunto cerca de un millón de votos. Si a esta cifra sumamos un millón más que votaron a candidaturas de partidos mayoritarios pero que no obtuvieron representación en determinadas circunscripciones, se llega a la escandalosa cifra de dos millones de españoles que podrían perder su derecho al voto con este cambio legislativo.

En 2008 FE de las JONS presentó candidatura en todas las circunscripciones. El 20 de noviembre próximo, en cambio, las papeletas de FE de las JONS estarán ausentes de buena parte de los colegios electorales como consecuencia de esta “reforma”. Ante este desafío, los militantes y simpatizantes falangistas deben responder movilizándose para vencer el intento de censura de los grandes partidos. Tenemos que hacer un esfuerzo por conseguir las firmas necesarias y presentar candidaturas, al menos, en las principales circunscripciones. Hacerlo será mostrar nuestra disconformidad con un sistema disolvente e ineficaz y que, además, pretende silenciarnos.

En el número de noviembre de 2010 y en primera página, la redacción de Patria Sindicalista publicó sin firma un artículo que, bajo el título “Un ‘Big Brother’ al servicio del capitalismo”, en el que se mostraba la sospecha de Rubalcaba, con la remodelación del mes anterior, se convertía en el “hombre fuerte” del gobierno. ¿Qué cambia y qué sigue siendo igual con el candidato Pérez Rubalcaba ya como líder del PSOE, una vez que Rodríguez Zapatero ha pasado a ser un personaje de tercerísima fila?

Rubalcaba no es mejor que Zapatero. El candidato socialista a la presidencia del Gobierno tiene un currículum plagado de manchas, manchas oscuras... siniestras. Ha estado presente como protagonista en los más turbios asuntos de nuestra reciente historia política. Rubalcaba es el mismo Rubalcaba de los GAL, el de la manipulación masiva tras los atentados del 11-M, y el del “chivatazo” a ETA... Pensar en la mera posibilidad de que un tipo así presida el gobierno de la Nación pone los pelos de punta. Más aún si pensamos que, en una situación desesperada como es en la que se encuentra el PSOE, Rubalcaba es capaz de cualquier cosa con tal de seguir instalado en el poder.

Lo hemos visto recientemente cuando, para alagar al separatismo catalán, afirmaba que la voluntad de un parlamento no puede ser modificada por un tribunal, en referencia a la sentencia del Tribunal Constitucional que derogó algunos artículos del Estatuto de Autonomía de Cataluña. Ese tipo de frases convierten en una auténtica caricatura el Estado de Derecho, la separación de poderes y el imperio de la ley.

Rubalcaba es ahora un jabalí herido y, por lo tanto, peligroso.

¿Cuál es tu valoración, Norberto, del llamado “movimiento 15-M” y qué horizonte le auguras? ¿Crees que es flor de una temporada o, por el contrario, está llamado a encarnar una “nueva izquierda” al margen del verbalismo acomodaticio e inoperante de la “vieja izquierda”?

—Las movilizaciones llevadas a cabo en los días previos a las pasadas elecciones municipales —en el mes de mayo— son, probablemente, el hecho más interesante que ha tenido lugar en la vida política española de los últimos años.

Tuvieron el acierto de situar en el debate público, aunque sólo fuera por unos días, dos de los problemas fundamentales de nuestro sistema y que, sin embargo, jamás aparecen en el debate político: la falta de representatividad de los partidos y su sumisión a la banca y, en general, a los poderes económicos.

¿Qué estas movilizaciones pudieron tener su origen en la extrema izquierda? Probablemente, aunque eso no les quitaba razón. En cualquier caso, esa convocatoria inicial se vio desbordada por la llegada, en toda España, de miles de manifestantes que ya no pertenecían a ese submundo de la izquierda radical pero que simpatizaban con unas críticas —a los partidos, a la banca y al conjunto del sistema— con las que también simpatizamos los falangistas. Yo mismo participé en la más señalada de ellas, la que tuvo lugar en la Puerta del Sol de Madrid en la noche en la que finalizaba la campaña electoral.

Pasada la euforia inicial de los primeros días, vista además la escasa influencia en los resultados de las elecciones, las masas abandonaron las movilizaciones y la protesta quedó ya en manos de la extrema izquierda, con sus desvaríos y su violencia habitual.

Pudiera parecer que poco o nada queda ya de aquel movimiento, pero incluso los sectores más a la derecha recogieron, no por convicción pero si por interés, algunas de las señales enviadas desde las plazas y calles de las ciudades españolas. La propia Esperanza Aguirre incluyó en su discurso la posibilidad de reformar la Ley Electoral para introducir las listas abiertas, cosa en la que ni cree ni le preocupa, pero que era un guiño a los manifestantes a los que, por otra parte, descalificaba.

La visita del papa Benedicto XVII ha demostrado que en la “atea” España, el catolicismo es capaz de arrastar a cientos de miles de personas, la mayoría de ellos jóvenes o muy jóvenes, y los “laicos” apenas unos cientos de personajes estrafalarios. ¿Cómo se explica el fenómeno? ¿Los católicos necesitan ser espoleados para salir a la superficie? ¿La propaganda del sectarismo anticatólico goza de un desmesurado volumen?

—Para quienes sostenemos una interpretación católica de la vida, la Jornada Mundial de la Juventud ha supuesto un soplo de aire fresco en una atmósfera viciada. Cuando se pretende relegar las creencias religiosas, en el mejor de los casos, al ámbito de la privacidad, poder contemplar una manifestación pública de la fe tan masiva como la que se dio en Madrid el pasado mes de agosto fue motivo de una enorme satisfacción. Quizá sea esa una de las claves del éxito numérico de la convocatoria. Los católicos nos sentimos agredidos en nuestros sentimientos más profundos por los poderes públicos y los medios de comunicación y reaccionamos haciendo piña.

Otro acontecimiento veraniego, a mi juicio de extraordinaria importancia para los bolsillos de los españoles, incluidos los tuyos y los míos, ha sido la puesta de largo del llamado “eje franco-alemán” el pasado 16 de agosto y que nosotros juzgamos en el Patria Sindicalista digital como de pésima noticia para nuestro país. ¿No crees que esta construcción de la “unidad europea” tiene cada vez menos rasgos democráticos y España empieza a atufar a colonia, y no me refiero precisamente a Massimo Dutti?

—Tienes razón... Cada vez parece menos importante conocer el nombre del próximo inquilino de La Moncloa. Sea quien sea, su actividad al frente del ejecutivo vendrá determinada por los designios de Ángela Merkel y Nicolás Sarkozy. El propio Rajoy ha admitido que va a estar atado de pies y manos por ambos.

La forma en que estas potencias europeas determinan la política española es humillante. Los dos últimos años España ha estado, de facto, intervenida. Las sucesivas reformas en materia económica y laboral han sido dictadas por los mandatarios franceses y alemanes. España debe recuperar su soberanía política y económica. Y con ella, su dignidad internacional.

El Tribunal Constitucional llevó en volandas al brazo político de ETA a los ayuntamientos vascos y navarros y, sin embargo, ni el brazo político de ETA ni la propia organización de malhechores han condenado la violencia ni han pedido perdón de forma explícita y solemne a las víctimas. Además, el brazo político de ETA se sitúa fuera de la Constitución al abogar por la ruptura territorial de España y ETA, que yo sepa, no ha entregado una sola bala al Ministerio del Interior. Si esto fuera fútbol, aunque el símil no sea muy afortunado, diríamos que ETA nos está pegando un “repaso”...

—Evidentemente... Las actividades de los cargos electos de Bildu están siendo las que cabía esperar. Homenajes a los etarras, acoso a las Fuerzas de Seguridad del Estado, desprecio a las víctimas del terrorismo. La responsabilidad de los miembros del Tribunal Constitucional que posibilitaron que esto esté sucediendo es gravísima. La de ellos y la de quienes les otorgaron el mandato para hacerlo, el Gobierno socialista.

Los rumores sobre el fin de ETA son intensos, aunque por ahora son eso, rumores. Ante esa posibilidad hay que recordar al Gobierno que no vale cualquier cosa a cambio de la paz etarra. No vale, por ejemplo, conceder objetivos políticos. No vale, tampoco, aligerar las condenas de los asesinos. Ni humillar a las víctimas.

Si todo sigue su curso “normal”, tras el 20-N, el PSOE pasará a la oposición y el PP será con las riendas del poder. La duda está en saber si por mayoría absoluta o con la necesidad de pactar con CiU. Con casi cinco millones de parados, con un tejido industrial seriamente dañado, con una deuda de vértigo, con una banca ocupada única y exclusivamente en reparar sus propios “agujeros negros” y un futuro hipotecado a corto y medio plazo, ¿qué nos espera a los trabajadores españoles?

—El panorama es, se mire por donde se mire, sombrío para los trabajadores españoles. Las altísimas tasas de desempleo tardarán aún en remitir. Y, mientas tanto, todas las reformas de los sucesivos gobiernos —socialistas o populares— seguirán pidiendo a los trabajadores mayores esfuerzos para salir de la crisis.

Por otro lado, los recortes en educación y sanidad que están poniendo en práctica ya los gobiernos autonómicos adelantan un escenario en el que los servicios públicos dejarán de serlo tal y como los hemos conocido. Ahora estamos en la fase de convencer a los ciudadanos de que “no queda más remedio” que introducir el copago, abandonar ciertas prestaciones o privatizar algunos servicios. Previamente, los gestores públicos han ido degradando los servicios públicos para que su privatización sea casi “deseable”. En la etapa final, desmontarán por completo el Estado del bienestar, porque el Estado del bienestar es un escenario que les molesta.

Estamos en precampaña. Una larga precampaña, dicho sea de paso. Se ha puesto de moda eso de querer liquidar las diputaciones. Incluso he leído en alguna parte que en España “sobran” corporaciones locales... Todo el mundo se ha puesto a intentar acabar con los constipados y las flatulencias, pero nadie parece querer clavarle el diente a esa auténtica metástasis que son las Comunidades Autónomas...

—La propuesta de Rubalcaba de echar el cierre a las diputaciones provinciales me parece acertada. Además, ha servido para retratar al Partido Popular, que la ha rechazado con la mezquina argumentación de que el PSOE lo propone ahora que casi todas las diputaciones están en manos populares. Hay, efectivamente, que adelgazar un Estado engordado artificialmente por la voracidad de unos partidos —PSOE, PP y nacionalistas de todo pelaje— que a toda costa quieren mantener sus chiringuitos y sus cuotas de poder. Hay que suprimir el Senado, la Casa Real y otras instituciones costosísimas e inservibles. Pero, sobre todo, hay que modificar el modelo territorial suprimiendo el Estado de las autonomías. Las autonomías son un cáncer para España. Porque no sólo han sido una fuente inagotable de despilfarro de dinero público, sino que han traído el enfrentamiento entre españoles de distintas regiones y han fomentado la desintegración separatista allí donde los grupos nacionalistas han gobernado. Pero ese es un melón que ni el PP ni el PSOE están interesados en abrir.

¿Cuál va a ser el mensaje que va a transmitir Falange Española de las JONS de cara a las elecciones generales del 20 de noviembre... si es que, al final, nos dejan presentarnos?

—Vamos a defender un concepto, el de “democracia de calidad”, que hemos acuñado en contraposición a la dictadura de los partidos y los mercados que padecemos. Es un concepto que hemos lanzado como exigencia frente al recorte de derechos políticos que supone la reforma de la Ley Electoral, pero que va más allá. Democracia de calidad es aquella que respeta el derecho a la vida desde la concepción y hasta la muerte natural... Democracia de calidad es aquella en el que la soberanía nacional no está secuestrada por minorías disolventes... Es un sistema en el que los intereses de las personas están por encima de los de los mercados y los poderes económicos. Eso es lo que vamos a defender.

Tras el verano, ¿vuelves con las pilas cargadas?

—Estoy muy ilusionado con esta nueva etapa de FE de las JONS. Ciertamente es una gran responsabilidad estar al frente de la organización, pero me siento respaldado por el conjunto de los afiliados, a los que agradezco la confianza que han depositado en mí al nombrarme jefe nacional.

Una última pregunta ya tradicional en las entrevistas de Patria Sindicalista... ¿Qué libro o libros has tenido estos calurosos meses en la mesita de noche?

—Durante las vacaciones de este verano no he tenido la tranquilidad suficiente como para disfrutar de muchos momentos de lectura. Mis obligaciones familiares, como podrás entender tu que también eres padre, me lo han impedido. Aún así he tenido tiempo para leer La economía fingida, del profesor José Manuel Cansino.

Muchas gracias, Norberto.

—Gracias a todos vosotros por vuestra labor.


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