—Norberto, hace justamente
un año te hacíamos una entrevista para Patria Sindicalista y en la que
el que hablaba era entonces secretario general de Falange Española de las JONS y
ahora es jefe nacional. ¿Qué ha cambiado en estos doce meses?
—En lo
personal, he sido padre por segunda vez. En lo político, una vez hecho el
anuncio del adelanto electoral, asistimos a los estertores del segundo gobierno
de Rodríguez Zapatero. Toca, pues, hacer balance y previsiones
de futuro. El balance es profundamente negativo. En lo nacional, el separatismo
ha ganado terreno gracias a las reformas estatutarias. En lo económico, la ruina
del Estado en todos sus niveles: central, autonómico y municipal. Y en lo
social, con barra libre al aborto, con los ataques a la familia, con el
desprestigio de la educación y un largo etcétera.
Respecto del futuro,
pudiera parecer que cualquier cosa es mejor que Zapatero, pero
veremos si, en la práctica, Rajoy lo es. Hasta ahora, los
gobiernos populares no sirvieron para modificar el rumbo marcado por los
socialistas sino, en todo caso, para ralentizarlos. España no necesita sólo un
cambio de gobierno, necesita un cambio de régimen.
—Es un comentario
prácticamente unánime que en la asamblea de junio pasado el traspaso de poderes
se produjo bajo lo que pudiéramos llamar una “transición tranquila”. ¿Cómo
valoras el relevo en la jefatura nacional?
—La historia de la
Falange es la historia de sus escisiones. Por eso, poder haber
llevado a cabo un cambio en la jefatura nacional con absoluta normalidad y que
el jefe nacional saliente sea hoy un colaborador más del nuevo jefe nacional,
tiene para mi un gran valor.
—Norberto, ¿qué hay de
salvable y qué hay de mejorable en la larga gestión de Diego Márquez, tu
antecesor en el cargo?
—Quizá hoy no lo percibamos en su justa
dimensión, pero Diego Márquez pasará a la historia de
FE de las JONS como alguien que devolvió a la organización su
personalidad política tras tantos años de manipulación. Eso tiene un valor
incalculable... Respecto de su gestión, evidentemente, siempre hay cosas que
mejorar. Veremos si somos capaces de hacerlo.
—Aunque ya esbozaste las
claves de idea de cómo debe ser la organización del futuro y qué ideas-fuerza
deben sostener la Falange de 2011 para los presentes en la asamblea nacional de
afiliados que apostó por tu candidatura, me gustaría que los resumieras para los
lectores de Patria Sindicalista.
—Los retos que tenemos planteados
son fundamentalmente organizativos. Al contrario que pudo pasar en otras épocas,
FE de las JONS no tiene hoy un problema de definición
ideológica. Cierto es que, en algunos aspectos, se deban concretar más
certeramente las propuestas falangistas y que, indudablemente, haya que dar una
respuesta viable y convincente a los nuevos desafíos que plantee la sociedad.
Pero no es en el aspecto ideológico donde FE de las JONS
encuentra más urgencias.
En cambio, sí es importante diseñar un plan
estratégico para los próximos años que fije los objetivos políticos y
organizativos. Tenemos que identificar las prioridades y ordenar los recursos
materiales y humanos —ambos escasos, como muy bien sabes—para optimizarlos...
Hay que adecuar la estructura de la organización a su composición y tamaño
actual, rompiendo si es preciso con esquemas tradicionales pero que se han
demostrado ineficientes. Son tareas que vamos a acometer desde la humildad de
reconocernos como lo que somos: una organización modesta.
—Tu procedes, Norberto, del
FES una “familia falangista” que, durante la transición política se ganó,
merecidamente por otra parte, la fama de “joseantonianos químicamente puros”, de
gente que “estaba en línea”. Ahora diriges una organización en la que hay
afiliados del FES, pero también afiliados que proceden de los Círculos “José
Antonio”, afiliados de la antigua “Auténtica” y, por supuesto, afiliados que
nada tienen que ver con este esquema, ya un tanto obsoleto, y que han venido a
Falange Española de las JONS sin ningún “apellido” asociado. ¿Qué hay de
realidad y de mito de esa suerte de amalgama? ¿Es hoy Falange Española de las
JONS un partido más cohesionado?
—En realidad yo soy más de
FEI que del FES. Puede parecer una distinción
sutil, pero los que conocen la historia de ambas organizaciones saben que, si
bien una es el embrión de la otra, el FES protagonizó la lucha
falangista frente a la manipulación franquista y FEI se
desarrolló ya en democracia. La militancia clandestina, por tanto, es un mérito
que no me corresponde.
Falange Española Independiente fue
para mí una escuela de falangismo. Recuerdo esa etapa con gran cariño y con
agradecimiento para quienes la dirigieron todo ese tiempo. Pero todo eso ya
pasó... Es bonito pensar que la militancia actual de FE de las
JONS procede de organizaciones falangistas diversas. Hace realidad
aquello de que ésta es la “casa común” de los falangistas. Y es positivo sobre
todo porque, como muy bien dices, FE de las JONS es hoy un
partido cohesionado, sin tensiones internas ni amenazas de escisión. Siempre
habrá, cómo no, quienes se identifiquen más y quienes se identifiquen menos con
la dirección de la organización, pero esas diferencias se substancian en los
órganos internos y los intereses de la organización prevalecen sobre los de los
grupos o las sensibilidades que la integran... Este es un valor que debemos
esforzarnos en conservar.
—Norberto, sabemos que
mantienes contactos con la cúpula de Falange Auténtica y con la Mesa Nacional
Falangista. La relación con estos últimos es obvia: Fernando García Molina es
columnista habitual de Patria Sindicalista y la Mesa Nacional Falangista se
integró en las listas municipales de FE de las JONS por Granada en las últimas
elecciones municipales. ¿Estamos los falangistas en disposición de seguir dando
pasos adelante? ¿Cabe la posibilidad, en un futuro no lejano, de actuaciones
conjuntas en estrategias y campañas conjuntas o la fruta aún no está lo
suficientemente madura?
—Dije ante la Asamblea General que me eligió
jefe nacional que aspiro a mantener una relación cordial con todos los grupos
falangistas. Todos, insisto. Incluso con aquellos con los que el entendimiento
es más difícil por lo alejado de nuestras posturas.
Dije también que, al
contrario de lo que pueda parecer, Falange no está mal por
estar dividida, sino que está dividida por estar mal, porque hacemos mal las
cosas. Cuando un grupo falangista ofrezca un proyecto político serio, cuando su
organización sea eficaz y su presencia en la sociedad constante, veremos como la
inmensa mayoría de los falangistas convergen en la misma sin necesidad de forzar
la unidad. En eso es en lo que trabajamos.
La relación tanto con
FA como con la MNF es, efectivamente, buena. Y lo es
porque se sustenta en el respeto mutuo y porque coincidimos en no tener prisa
por encontrarnos... Será bueno que siga siendo así.
—Este verano Falange
Española de las JONS ha estado ocupada en una campaña contra la reforma de la
Ley Electoral que fue aprobada en enero de este año. ¿Qué es lo que esconde
dicha reforma y en que perjudica a Falange Española de las
JONS?
—Con la excusa de querer evitar que haya partidos que
concurran a las elecciones para hacerse con el censo electoral y lo utilicen de
forma fraudulenta, el Parlamento introdujo en la Ley Electoral nuevos requisitos
para que los partidos sin representación en las Cortes puedan presentar
candidaturas. A partir de las próximas elecciones generales, todos los partidos
sin representación deberán recabar la firma de miles de ciudadanos para poder
concurrir a las mismas. Más de 30.000 en total para poder concurrir en toda
España.
Esta es, sin duda, una medida abusiva y antidemocrática, porque
coarta la libertad ideológica e impide la participación en política de miles de
españoles. En las últimas elecciones, las de 2008, los partidos sin ninguna
representación obtuvieron en conjunto cerca de un millón de votos. Si a esta
cifra sumamos un millón más que votaron a candidaturas de partidos mayoritarios
pero que no obtuvieron representación en determinadas circunscripciones, se
llega a la escandalosa cifra de dos millones de españoles que podrían perder su
derecho al voto con este cambio legislativo.
En 2008 FE de las
JONS presentó candidatura en todas las circunscripciones. El 20 de
noviembre próximo, en cambio, las papeletas de FE de las JONS
estarán ausentes de buena parte de los colegios electorales como consecuencia de
esta “reforma”. Ante este desafío, los militantes y simpatizantes falangistas
deben responder movilizándose para vencer el intento de censura de los grandes
partidos. Tenemos que hacer un esfuerzo por conseguir las firmas necesarias y
presentar candidaturas, al menos, en las principales circunscripciones. Hacerlo
será mostrar nuestra disconformidad con un sistema disolvente e ineficaz y que,
además, pretende silenciarnos.
—En el número de noviembre
de 2010 y en primera página, la redacción de Patria Sindicalista
publicó sin firma un artículo que, bajo el título “Un ‘Big Brother’ al servicio
del capitalismo”, en el que se mostraba la sospecha de Rubalcaba, con la
remodelación del mes anterior, se convertía en el “hombre fuerte” del gobierno.
¿Qué cambia y qué sigue siendo igual con el candidato Pérez Rubalcaba ya como
líder del PSOE, una vez que Rodríguez Zapatero ha pasado a ser un personaje de
tercerísima fila?
—Rubalcaba no es mejor que
Zapatero. El candidato socialista a la presidencia del Gobierno
tiene un currículum plagado de manchas, manchas oscuras... siniestras. Ha estado
presente como protagonista en los más turbios asuntos de nuestra reciente
historia política. Rubalcaba es el mismo
Rubalcaba de los GAL, el de la manipulación masiva
tras los atentados del 11-M, y el del “chivatazo” a ETA...
Pensar en la mera posibilidad de que un tipo así presida el gobierno de la
Nación pone los pelos de punta. Más aún si pensamos que, en una situación
desesperada como es en la que se encuentra el PSOE,
Rubalcaba es capaz de cualquier cosa con tal de seguir
instalado en el poder.
Lo hemos visto recientemente cuando, para alagar al
separatismo catalán, afirmaba que la voluntad de un parlamento no puede ser
modificada por un tribunal, en referencia a la sentencia del Tribunal
Constitucional que derogó algunos artículos del Estatuto de Autonomía de
Cataluña. Ese tipo de frases convierten en una auténtica caricatura el Estado de
Derecho, la separación de poderes y el imperio de la
ley.
Rubalcaba es ahora un jabalí herido y, por lo tanto,
peligroso.
—¿Cuál es tu valoración,
Norberto, del llamado “movimiento 15-M” y qué horizonte le auguras? ¿Crees que
es flor de una temporada o, por el contrario, está llamado a encarnar una “nueva
izquierda” al margen del verbalismo acomodaticio e inoperante de la “vieja
izquierda”?
—Las movilizaciones llevadas a cabo en los días previos
a las pasadas elecciones municipales —en el mes de mayo— son, probablemente, el
hecho más interesante que ha tenido lugar en la vida política española de los
últimos años.
Tuvieron el acierto de situar en el debate público, aunque sólo
fuera por unos días, dos de los problemas fundamentales de nuestro sistema y
que, sin embargo, jamás aparecen en el debate político: la falta de
representatividad de los partidos y su sumisión a la banca y, en general, a los
poderes económicos.
¿Qué estas movilizaciones pudieron tener su origen en la
extrema izquierda? Probablemente, aunque eso no les quitaba razón. En cualquier
caso, esa convocatoria inicial se vio desbordada por la llegada, en toda España,
de miles de manifestantes que ya no pertenecían a ese submundo de la izquierda
radical pero que simpatizaban con unas críticas —a los partidos, a la banca y al
conjunto del sistema— con las que también simpatizamos los falangistas. Yo mismo
participé en la más señalada de ellas, la que tuvo lugar en la Puerta del Sol de
Madrid en la noche en la que finalizaba la campaña electoral.
Pasada la
euforia inicial de los primeros días, vista además la escasa influencia en los
resultados de las elecciones, las masas abandonaron las movilizaciones y la
protesta quedó ya en manos de la extrema izquierda, con sus desvaríos y su
violencia habitual.
Pudiera parecer que poco o nada queda ya de aquel
movimiento, pero incluso los sectores más a la derecha recogieron, no por
convicción pero si por interés, algunas de las señales enviadas desde las plazas
y calles de las ciudades españolas. La propia Esperanza Aguirre
incluyó en su discurso la posibilidad de reformar la Ley Electoral para
introducir las listas abiertas, cosa en la que ni cree ni le preocupa, pero que
era un guiño a los manifestantes a los que, por otra parte,
descalificaba.
—La visita del papa
Benedicto XVII ha demostrado que en la “atea” España, el catolicismo es capaz de
arrastar a cientos de miles de personas, la mayoría de ellos jóvenes o muy
jóvenes, y los “laicos” apenas unos cientos de personajes estrafalarios. ¿Cómo
se explica el fenómeno? ¿Los católicos necesitan ser espoleados para salir a la
superficie? ¿La propaganda del sectarismo anticatólico goza de un desmesurado
volumen?
—Para quienes sostenemos una interpretación católica de la
vida, la Jornada Mundial de la Juventud ha supuesto un soplo de aire fresco en
una atmósfera viciada. Cuando se pretende relegar las creencias religiosas, en
el mejor de los casos, al ámbito de la privacidad, poder contemplar una
manifestación pública de la fe tan masiva como la que se dio en Madrid el pasado
mes de agosto fue motivo de una enorme satisfacción. Quizá sea esa una de las
claves del éxito numérico de la convocatoria. Los católicos nos sentimos
agredidos en nuestros sentimientos más profundos por los poderes públicos y los
medios de comunicación y reaccionamos haciendo piña.
—Otro acontecimiento
veraniego, a mi juicio de extraordinaria importancia para los bolsillos de los
españoles, incluidos los tuyos y los míos, ha sido la puesta de largo del
llamado “eje franco-alemán” el pasado 16 de agosto y que nosotros juzgamos en el
Patria Sindicalista digital como de pésima noticia para nuestro país. ¿No crees
que esta construcción de la “unidad europea” tiene cada vez menos rasgos
democráticos y España empieza a atufar a colonia, y no me refiero precisamente a
Massimo Dutti?
—Tienes razón... Cada vez parece menos importante
conocer el nombre del próximo inquilino de La Moncloa. Sea quien sea, su
actividad al frente del ejecutivo vendrá determinada por los designios de
Ángela Merkel y Nicolás Sarkozy. El propio
Rajoy ha admitido que va a estar atado de pies y manos por
ambos.
La forma en que estas potencias europeas determinan la política
española es humillante. Los dos últimos años España ha estado, de facto,
intervenida. Las sucesivas reformas en materia económica y laboral han sido
dictadas por los mandatarios franceses y alemanes. España debe recuperar su
soberanía política y económica. Y con ella, su dignidad
internacional.
—El Tribunal Constitucional
llevó en volandas al brazo político de ETA a los ayuntamientos vascos y navarros
y, sin embargo, ni el brazo político de ETA ni la propia organización de
malhechores han condenado la violencia ni han pedido perdón de forma explícita y
solemne a las víctimas. Además, el brazo político de ETA se sitúa fuera de la
Constitución al abogar por la ruptura territorial de España y ETA, que yo sepa,
no ha entregado una sola bala al Ministerio del Interior. Si esto fuera fútbol,
aunque el símil no sea muy afortunado, diríamos que ETA nos está pegando un
“repaso”...
—Evidentemente... Las actividades de los cargos electos
de Bildu están siendo las que cabía esperar. Homenajes a los
etarras, acoso a las Fuerzas de Seguridad del Estado, desprecio a las víctimas
del terrorismo. La responsabilidad de los miembros del Tribunal Constitucional
que posibilitaron que esto esté sucediendo es gravísima. La de ellos y la de
quienes les otorgaron el mandato para hacerlo, el Gobierno socialista.
Los
rumores sobre el fin de ETA son intensos, aunque por ahora son
eso, rumores. Ante esa posibilidad hay que recordar al Gobierno que no vale
cualquier cosa a cambio de la paz etarra. No vale, por ejemplo, conceder
objetivos políticos. No vale, tampoco, aligerar las condenas de los asesinos. Ni
humillar a las víctimas.
—Si todo sigue su curso
“normal”, tras el 20-N, el PSOE pasará a la oposición y el PP será con las
riendas del poder. La duda está en saber si por mayoría absoluta o con la
necesidad de pactar con CiU. Con casi cinco millones de parados, con un tejido
industrial seriamente dañado, con una deuda de vértigo, con una banca ocupada
única y exclusivamente en reparar sus propios “agujeros negros” y un futuro
hipotecado a corto y medio plazo, ¿qué nos espera a los trabajadores
españoles?
—El panorama es, se mire por donde se mire, sombrío para
los trabajadores españoles. Las altísimas tasas de desempleo tardarán aún en
remitir. Y, mientas tanto, todas las reformas de los sucesivos gobiernos
—socialistas o populares— seguirán pidiendo a los trabajadores mayores esfuerzos
para salir de la crisis.
Por otro lado, los recortes en educación y sanidad
que están poniendo en práctica ya los gobiernos autonómicos adelantan un
escenario en el que los servicios públicos dejarán de serlo tal y como los hemos
conocido. Ahora estamos en la fase de convencer a los ciudadanos de que “no
queda más remedio” que introducir el copago, abandonar ciertas prestaciones o
privatizar algunos servicios. Previamente, los gestores públicos han ido
degradando los servicios públicos para que su privatización sea casi “deseable”.
En la etapa final, desmontarán por completo el Estado del bienestar, porque el
Estado del bienestar es un escenario que les molesta.
—Estamos en precampaña. Una
larga precampaña, dicho sea de paso. Se ha puesto de moda eso de querer liquidar
las diputaciones. Incluso he leído en alguna parte que en España “sobran”
corporaciones locales... Todo el mundo se ha puesto a intentar acabar con los
constipados y las flatulencias, pero nadie parece querer clavarle el diente a
esa auténtica metástasis que son las Comunidades Autónomas...
—La
propuesta de Rubalcaba de echar el cierre a las diputaciones
provinciales me parece acertada. Además, ha servido para retratar al
Partido Popular, que la ha rechazado con la mezquina
argumentación de que el PSOE lo propone ahora que casi todas
las diputaciones están en manos populares. Hay, efectivamente, que adelgazar un
Estado engordado artificialmente por la voracidad de unos partidos
—PSOE, PP y nacionalistas de todo pelaje— que
a toda costa quieren mantener sus chiringuitos y sus cuotas de poder. Hay que
suprimir el Senado, la Casa Real y otras instituciones costosísimas e
inservibles. Pero, sobre todo, hay que modificar el modelo territorial
suprimiendo el Estado de las autonomías. Las autonomías son un cáncer para
España. Porque no sólo han sido una fuente inagotable de despilfarro de dinero
público, sino que han traído el enfrentamiento entre españoles de distintas
regiones y han fomentado la desintegración separatista allí donde los grupos
nacionalistas han gobernado. Pero ese es un melón que ni el PP
ni el PSOE están interesados en
abrir.
—¿Cuál va a ser el mensaje
que va a transmitir Falange Española de las JONS de cara a las elecciones
generales del 20 de noviembre... si es que, al final, nos dejan
presentarnos?
—Vamos a defender un concepto, el de “democracia de
calidad”, que hemos acuñado en contraposición a la dictadura de los partidos y
los mercados que padecemos. Es un concepto que hemos lanzado como exigencia
frente al recorte de derechos políticos que supone la reforma de la Ley
Electoral, pero que va más allá. Democracia de calidad es aquella que respeta el
derecho a la vida desde la concepción y hasta la muerte natural... Democracia de
calidad es aquella en el que la soberanía nacional no está secuestrada por
minorías disolventes... Es un sistema en el que los intereses de las personas
están por encima de los de los mercados y los poderes económicos. Eso es lo que
vamos a defender.
—Tras el verano, ¿vuelves
con las pilas cargadas?
—Estoy muy ilusionado con esta nueva etapa
de FE de las JONS. Ciertamente es una gran responsabilidad estar al frente de la
organización, pero me siento respaldado por el conjunto de los afiliados, a los
que agradezco la confianza que han depositado en mí al nombrarme jefe
nacional.
—Una última pregunta ya
tradicional en las entrevistas de Patria Sindicalista... ¿Qué libro o
libros has tenido estos calurosos meses en la mesita de
noche?
—Durante las vacaciones de este verano no he tenido la
tranquilidad suficiente como para disfrutar de muchos momentos de lectura. Mis
obligaciones familiares, como podrás entender tu que también eres padre, me lo
han impedido. Aún así he tenido tiempo para leer La economía fingida,
del profesor José Manuel Cansino.
—Muchas gracias,
Norberto.
—Gracias a todos vosotros por vuestra
labor.
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