Al presidir ayer la audiencia general en la plaza Libertad en Castelgandolfo y continuando sus catequesis sobre la oración, el Papa Benedicto XVI explicó que la contemplación de las obras de arte también constituye un camino para llegar a Dios a través de la belleza. En una mañana soleada y ante unos tres mil peregrinos llegados de todo el mundo, el Santo Padre aseguró que el arte «es como una puerta abierta hacia el infinito, hacia una belleza y una verdad que van más allá de lo cotidiano. Y una obra de arte puede abrir los ojos de las mentes y del corazón, impulsándonos hacia lo alto».

“El arte es capaz de expresar y hacer visible la necesidad del hombre de andar más allá de lo que se ve, manifiesta la sed y la búsqueda de lo infinito”, añadió.
El Santo Padre señaló que “hay expresiones artísticas que son verdaderas vías hacia Dios, la Belleza suprema, y que también son una ayuda para crecer en la relación con Dios, en la oración. Se trata de obras que nacen de la fe y que expresan la fe”.
Benedicto XVI recordó luego que cuando asistía a un concierto de música de Johann Sebastián Bach, sintió en lo profundo de su corazón, “que aquello que había escuchado me había transmitido la verdad, la verdad del sumo compositor, y me alentaba a dar gracias a Dios”.
El Santo Padre invitó a los fieles a contemplar el arte no sólo como un modo de enriquecimiento cultural, “sino como un momento de gracia, de estímulo para afrontar nuestro lazo y nuestro diálogo con Dios, para detenernos a contemplar el rayo de la belleza que nos golpea, que casi nos ‘hiere’ en nuestro interior y nos invita a subir hacia Dios”.
“Esperemos que el Señor nos ayude a contemplar su belleza, tanto en la naturaleza como en las obras de arte, y así ser tocados por la luz de su rostro, para que también podamos ser luz para nuestro prójimo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario