DESPUÉS DE UN AGRADABLE ENCUENTRO EN LA TERTULIA DEL SIGNO DEL KRAK.
Por Jorge Juan Perales.
En
la última tertulia “el signo del Krak”, que organiza HISPANIAINFO, sobre
“falangistas sin Falange” celebrada el pasado día 13 de abril de 2012, se
reunieron, o mejor dicho, nos reunimos, un grupo significativo de “falangistas”
en la que lo más destacado, a mi entender, fue la constatación palpable de que
entre los asistentes, miembros de la mesa incluidos, se daba una frustración
generalizada, una impotencia manifiesta, ante la evidencia de no haber sido, ni
ser capaces en la actualidad de encontrar la fórmula para refundar o resucitar
la falange de José Antonio que murió con él aquel fatídico 20 de Noviembre de
1936. A mi entender la Falange, FE de las JONS, desaparece como organización
libre en el mismo instante que José Antonio cae legalmente asesinado por las
balas de los milicianos del Frente Popular. Desde entonces, los falangistas,
andamos errantes buscando la organización que haga posible llevar a la práctica
la doctrina nacional sindicalista que propugnaba la Falange de José Antonio.
Ciertamente había que ganar la guerra, pero no es menos cierto que en la mente de
los falangistas auténticos estaba hacer la revolución nacional sindicalista
nada mas terminada la trágica contienda entre hermanos. No fue posible, en los
campos de batalla de la incivil guerra cayeron posiblemente los mejores, en
Rusia se quedaron buena parte de los falangistas supervivientes de aquella, los
que sobrevivieron o no quisieron o no pudieron recuperar la organización
netamente falangista que llevase a la práctica su verdadera ideología, los más
decentes se rebelaron contra el General que les había llevado al triunfo
militar, pero que les derroto y les engaño en el terreno político, unos pocos
colaboraron ingenuamente de buena fe, otros, ¡ay! de esos otros. No me
considero “Falangista sin Falange” hoy soy un falangista buscador del
instrumento, de la organización que nos permita llevar a cabo las ideas
revolucionarias que nos planteo la Falange de José Antonio a la que todos sus
seguidores pertenecemos. Pienso que todos los falangistas verdaderos militamos
en la FE de las JONS que mandaba José Antonio, la única FE de las JONS que nos
puede y nos debe unir a todos.
Volviendo
a la “tertulia el signo del Krak”, -nos define bien, crisis, fracaso, esa es
nuestra realidad-, aunque es mejor no perder la esperanza, es más, yo sigo
teniéndola; me pareció muy significativo el hecho de que después de cada
intervención, tanto de los miembros de la mesa, como de los asistentes, se
escucharan en la sala abundantes aplausos, fuese cual fuese el contenido de los
intervinientes. Da lo mismo decir que el nombre de Falange está quemado para
siempre como lo contrario. Se aplaude igual al que propugna participar en la
lucha electoral como al que dice que las urnas no son para los falangistas.
Parece que es lo mismo, si nos atenemos a lo que dicen los aplausos, militar en
la actual FE de la JONS o en cualquiera de las organizaciones que lleven el
nombre de Falange o ir por libre, sigue prevaleciendo en nosotros más la
emoción que la razón. Parece que son muchos los puntos de coincidencia entre
los reunidos, pero lo cierto es que entre, el más del centenar de “falangistas”
allí presentes, (yo tuve que permanecer de pie con otros muchos asistentes),
sobre todo entre los “falangistas organizados”, se respiraba un clima contenido
de desconfianza o al menos esta era mi apreciación. Los que aplaudían a todos
eran prácticamente los mismos, un número significativo no aplaudía a nadie,
otros pocos solamente a los suyos. Sin dudar de la buena voluntad de cada interviniente
se constata que lejos de darse un debate de ideas se producen intervenciones
personales individualizadas que la mayor de las veces se alejan del núcleo de
interés general o son justificaciones particulares al modo de hacer cada cual
su política falangista. Cuando no recordar y recordar las historias pasadas por
todos conocidas de las que ya no sirve para nada lamentarse, aunque si pueden
servir para que no olvidemos lo bueno y lo malo que nos ha sucedido, para
aprender de nuestra historia y para no ocultarnos que todos los que hemos
participado en ellas somos en mayor o menor medida responsables del fracaso
histórico de la Falange, hasta hoy, de no haberse llevado a cabo la Revolución
Nacional sindicalista y de que nuestro pueblo no tenga después de más 75 años
de formulados sus principios un conocimiento verdadero y positivo de ella. El
Movimiento Nacional y todos los que de buena o mala fe colaboraron con él al
acabar la guerra civil contribuyeron a desactivar y vaciar de contenidos reales
al nacional sindicalismo.
Ya
muerto Franco, cuando estábamos preparando el primer congreso nacional
sindicalista para la Unidad, de la mano de Mariano Vera fui llevado, con gran
sorpresa mía, junto con Vicente Diez a una entrevista con José Antonio Girón de
Velasco, le habían dicho que éramos dos jóvenes falangistas prometedores, con
futuro. Con poco más de veinte años me veía en un despacho privado de Madrid,
con el ex ministro de Trabajo, con el “león del alto de los leones”, con el
presidente de los excombatientes españoles. El camarada Vicente y yo nos
mirábamos un poco aturdidos, nuestro primer objetivo fue pedirle cien mil
pesetas de las de entonces para sufragar un campamento de formación en la
sierra de Madrid con los jóvenes falangistas de “Amanecer” y de “Bandera Roja y
Negra” nuestras respectivas asociaciones entonces, era la primer vez que
pedíamos dinero para estos menesteres, la petición fue concedida al instante y
entramos en un interesante dialogo; de una forma directa le manifesté mi
confusión por su condición de falangista y haber aceptado la monarquía impuesta
por el Régimen, al mismo tiempo que después de más de treinta años y con
hombres como él de ministros no se consiguiera llevar a cabo la Revolución
Nacional sindicalista total, a mi como falangista me parecía una traición a
José Antonio, le dije; no se puede ser fiel al testamento de Franco si se es
fiel al de José Antonio le recalque, eso es vivir en plena contradicción.
Estábamos los dos mirándonos a los ojos, su mirada imponía, su pelo blanco de
viejo león impresionaba, nunca se me olvidará su gesto, se quedo en silencio un
buen rato, levanto los hombros, no tenia respuesta y comenzó con su voz
pausada, altamente modulada y firme a relatarnos con todo lujo de detalles los
sufrimientos de la guerra, las checas, la matanza de falangistas, las
persecuciones por motivos religiosos, los paseos… sí, era una forma de
reconocer su frustración e impotencia, de aceptar que el Movimiento Nacional no
fue Nacional sindicalista, que los falangistas supervivientes de la guerra no
supieron enfrentarse al General con el que colaboraron para ganarla al enemigo
de entonces ,de los católicos y de España. La misma frustración e impotencia se
observa en los falangistas procedentes de las organizaciones que quieran o no
formaban parte del Movimiento Nacional, llámese OJE, Frente de Juventudes,
Guardia de Franco o el SEU movimientista. Nos despedimos, después de mucho
hablar y nos dio un consejo,intentar
resucitar la Falange de José Antonio, siempre con un solo Jefe y este
joseantoniano. En ese primer Congreso Nacional Sindicalista que
celebramos pocas semanas después de esta entrevista, en donde como ya dije en
otro artículo no se decía Falange si, Movimiento no; reunidos en el Palacio de
Congresos de la Castellana de Madrid y en el posterior mitin de la Casa de
Campo, con cinco mil camaradas venidos de toda España, la mayoría de buena fe
que se volvieron tristes e impotentes a sus casas, la decepción de los que
querían la Unidad mas en el Movimiento que en la Falange, logramos con el apoyo
oculto de los gironistas, desactivar a los que querían nombrar un Jefe Nacional
y una Junta con el germen de la confusión del sincretismo movimientista, mas
tarde los raimundistas impondrían sus tesis contaminando más aun, si cabe, el
nombre FE de la JONS que durante mas de tres decenios habian olvidado. Otros
muchos siguiendo la estela de Narciso Perales y fieles a grito de Falange Si,
Movimiento No, logramos legalizar FE de las JONS AUTENTICA, sin vinculación con
el régimen franquista, que utilizando terminología y simbología falangista
había desmantelado a la Falange de José Antonio, secuestrando su Revolución y
falsificado su contenido. No volvamos a caer en el error, la desvinculación de
la Falange de José Antonio con el Movimiento Nacional es vital para la
viabilidad de la Revolución Nacional sindicalista, el único activo no
contaminado es el propio José Antonio, su doctrina y su vida pública son
valores todavía hoy respetados, no se puede decir lo mismo de los falangistas,
declararse joseantoniano es altamente aceptado por la mayoría del pueblo, reconocerse
falangista joseantoniano es hoy más clarificador que falangista a secas.
Ceferino L. Maestú proponía, en la tertulia que estamos comentando, una
“alianza” de organizaciones y de los falangistas que vamos por libre, esta
alianza podría tener en su seno las siglas de FE de las JONS y las de las otras
falanges que se integren, sería una alianza, una unidad de los joseantonianos
españoles para organizarse políticamente y llevar con eficiencia y eficacia el
nacional sindicalismo a la sociedad española y al mundo. Alianza Joseantoniana,
Unidad Joseantoniana, en donde quepamos todos los que creemos que la doctrina
final falangista, propuesta por José Antonio, es válida para que en España y en
el Mundo triunfe la Justicia Social y que la libertad, la dignidad y la
integridad del hombre sean plenamente reconocidas y ejercidas en todos los
rincones del orbe.
La
división de los falangistas es un hecho. Sin embargo, ¿por qué todos dicen o
decimos que queremos la Unidad cuando la evidencia confirma que tendemos
históricamente a la dispersión y que estamos inmersos en ella? ¿Por qué siendo
generalizada la búsqueda de la Unidad entre los falangistas cada vez estamos
más fragmentados? Da la impresión que solo sabemos hacer política cuando nos
enfrentamos a nosotros mismos. No estamos entrenados para el dialogo con los
otros, con los no falangistas y convencerlos. No somos capaces de llevar
nuestras ideas a nuestros compatriotas más cercanos. Se gasta muy poca energía
en formación y captación de nuevos militantes y simpatizantes. La mayoría de
las acciones políticas que acometemos se quedan en nuestros propios círculos o
son ineficaces o alejadas de los problemas reales de las gentes o
reconozcámoslo son torpes y provocan el rechazo de los que nos ven y/o nos oyen.
Nos conformamos con la baja política, callejera, de barrio, de banda, alejados
de los foros en donde se debaten las ideas que mueven a la sociedad y en donde
se sufren las injusticias. Nos desgastamos en luchas estériles, cada vez somos
menos y lo que es peor sabemos menos lo que somos y lo que queremos. Algún día
cairemos en la cuenta de que en realidad no queremos la Unidad porque entonces
no sabríamos que hacer con ella, nos hemos acostumbrado a soñar en la
Revolución Pendiente quedándonos anclados, atrapados, en el sueño, no queriendo
despertar a la realidad sangrante del sufrimiento de miles y miles de
compatriotas víctimas de la injusticia social y del desgarro agonizante de la
Patria. Ante esto, que importan los símbolos y los nombres. Es el Pan, la Patria
y la Justicia para todos los hombres que pretendan ser dignos de alcanzar cotas
de libertad como nunca se hayan visto, rompiendo todas las cadenas de
esclavitud que les atan a los amos financieros, a los salarios, a los Estados
tiránicos de partidos o de partidos únicos, al dinero de los poderosos
oligarcas, a los falsos profetas, a los dioses hedonistas pasajeros, a las
falsas democracias, a los sin Dios o a los de muchos dioses, a los incapaces de
servir por amor porque no le conocen ni quieren conocerle y el destino imperial
de España, el triunfo de la vida sobre la muerte, la familia como célula
sagrada primordial del orden social, la convivencia y solidaridad entre las
naciones, la verdadera democracia participativa por medio de los cauces naturales
con un voto libre de verdad para cada hombre, la propiedad del trabajo sobre la
empresa y la tierra, el dinero al servicio del trabajo y de la felicidad del
hombre, la supremacía de lo espiritual ante el mundo materializado que destruye
la alegría y la trascendencia de la persona humana, esto es lo que importa y
por lo que merece la pena Unirse, despertar y luchar. Esta es la tarea de
destino que justifica la UNIDAD.
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