lunes, 16 de abril de 2012

MISCELÁNEA FALANGISTA.


DESPUÉS DE UN AGRADABLE ENCUENTRO EN LA TERTULIA DEL SIGNO DEL KRAK.

Por Jorge Juan Perales.


En la última tertulia “el signo del Krak”, que organiza HISPANIAINFO, sobre “falangistas sin Falange” celebrada el pasado día 13 de abril de 2012, se reunieron, o mejor dicho, nos reunimos, un grupo significativo de “falangistas” en la que lo más destacado, a mi entender, fue la constatación palpable de que entre los asistentes, miembros de la mesa incluidos, se daba una frustración generalizada, una impotencia manifiesta, ante la evidencia de no haber sido, ni ser capaces en la actualidad de encontrar la fórmula para refundar o resucitar la falange de José Antonio que murió con él aquel fatídico 20 de Noviembre de 1936. A mi entender la Falange, FE de las JONS, desaparece como organización libre en el mismo instante que José Antonio cae legalmente asesinado por las balas de los milicianos del Frente Popular. Desde entonces, los falangistas, andamos errantes buscando la organización que haga posible llevar a la práctica la doctrina nacional sindicalista que propugnaba la Falange de José Antonio. Ciertamente había que ganar la guerra, pero no es menos cierto que en la mente de los falangistas auténticos estaba hacer la revolución nacional sindicalista nada mas terminada la trágica contienda entre hermanos. No fue posible, en los campos de batalla de la incivil guerra cayeron posiblemente los mejores, en Rusia se quedaron buena parte de los falangistas supervivientes de aquella, los que sobrevivieron o no quisieron o no pudieron recuperar la organización netamente falangista que llevase a la práctica su verdadera ideología, los más decentes se rebelaron contra el General que les había llevado al triunfo militar, pero que les derroto y les engaño en el terreno político, unos pocos colaboraron ingenuamente de buena fe, otros, ¡ay! de esos otros. No me considero “Falangista sin Falange” hoy soy un falangista buscador del instrumento, de la organización que nos permita llevar a cabo las ideas revolucionarias que nos planteo la Falange de José Antonio a la que todos sus seguidores pertenecemos. Pienso que todos los falangistas verdaderos militamos en la FE de las JONS que mandaba José Antonio, la única FE de las JONS que nos puede y nos debe unir a todos.

Volviendo a la “tertulia el signo del Krak”, -nos define bien, crisis, fracaso, esa es nuestra realidad-, aunque es mejor no perder la esperanza, es más, yo sigo teniéndola; me pareció muy significativo el hecho de que después de cada intervención, tanto de los miembros de la mesa, como de los asistentes, se escucharan en la sala abundantes aplausos, fuese cual fuese el contenido de los intervinientes. Da lo mismo decir que el nombre de Falange está quemado para siempre como lo contrario. Se aplaude igual al que propugna participar en la lucha electoral como al que dice que las urnas no son para los falangistas. Parece que es lo mismo, si nos atenemos a lo que dicen los aplausos, militar en la actual FE de la JONS o en cualquiera de las organizaciones que lleven el nombre de Falange o ir por libre, sigue prevaleciendo en nosotros más la emoción que la razón. Parece que son muchos los puntos de coincidencia entre los reunidos, pero lo cierto es que entre, el más del centenar de “falangistas” allí presentes, (yo tuve que permanecer de pie con otros muchos asistentes), sobre todo entre los “falangistas organizados”, se respiraba un clima contenido de desconfianza o al menos esta era mi apreciación. Los que aplaudían a todos eran prácticamente los mismos, un número significativo no aplaudía a nadie, otros pocos solamente a los suyos. Sin dudar de la buena voluntad de cada interviniente se constata que lejos de darse un debate de ideas se producen intervenciones personales individualizadas que la mayor de las veces se alejan del núcleo de interés general o son justificaciones particulares al modo de hacer cada cual su política falangista. Cuando no recordar y recordar las historias pasadas por todos conocidas de las que ya no sirve para nada lamentarse, aunque si pueden servir para que no olvidemos lo bueno y lo malo que nos ha sucedido, para aprender de nuestra historia y para no ocultarnos que todos los que hemos participado en ellas somos en mayor o menor medida responsables del fracaso histórico de la Falange, hasta hoy, de no haberse llevado a cabo la Revolución Nacional sindicalista y de que nuestro pueblo no tenga después de más 75 años de formulados sus principios un conocimiento verdadero y positivo de ella. El Movimiento Nacional y todos los que de buena o mala fe colaboraron con él al acabar la guerra civil contribuyeron a desactivar y vaciar de contenidos reales al nacional sindicalismo.

Ya muerto Franco, cuando estábamos preparando el primer congreso nacional sindicalista para la Unidad, de la mano de Mariano Vera fui llevado, con gran sorpresa mía, junto con Vicente Diez a una entrevista con José Antonio Girón de Velasco, le habían dicho que éramos dos jóvenes falangistas prometedores, con futuro. Con poco más de veinte años me veía en un despacho privado de Madrid, con el ex ministro de Trabajo, con el “león del alto de los leones”, con el presidente de los excombatientes españoles. El camarada Vicente y yo nos mirábamos un poco aturdidos, nuestro primer objetivo fue pedirle cien mil pesetas de las de entonces para sufragar un campamento de formación en la sierra de Madrid con los jóvenes falangistas de “Amanecer” y de “Bandera Roja y Negra” nuestras respectivas asociaciones entonces, era la primer vez que pedíamos dinero para estos menesteres, la petición fue concedida al instante y entramos en un interesante dialogo; de una forma directa le manifesté mi confusión por su condición de falangista y haber aceptado la monarquía impuesta por el Régimen, al mismo tiempo que después de más de treinta años y con hombres como él de ministros no se consiguiera llevar a cabo la Revolución Nacional sindicalista total, a mi como falangista me parecía una traición a José Antonio, le dije; no se puede ser fiel al testamento de Franco si se es fiel al de José Antonio le recalque, eso es vivir en plena contradicción. Estábamos los dos mirándonos a los ojos, su mirada imponía, su pelo blanco de viejo león impresionaba, nunca se me olvidará su gesto, se quedo en silencio un buen rato, levanto los hombros, no tenia respuesta y comenzó con su voz pausada, altamente modulada y firme a relatarnos con todo lujo de detalles los sufrimientos de la guerra, las checas, la matanza de falangistas, las persecuciones por motivos religiosos, los paseos… sí, era una forma de reconocer su frustración e impotencia, de aceptar que el Movimiento Nacional no fue Nacional sindicalista, que los falangistas supervivientes de la guerra no supieron enfrentarse al General con el que colaboraron para ganarla al enemigo de entonces ,de los católicos y de España. La misma frustración e impotencia se observa en los falangistas procedentes de las organizaciones que quieran o no formaban parte del Movimiento Nacional, llámese OJE, Frente de Juventudes, Guardia de Franco o el SEU movimientista. Nos despedimos, después de mucho hablar y nos dio un consejo,intentar resucitar la Falange de José Antonio, siempre con un solo Jefe y este joseantoniano. En ese primer Congreso Nacional Sindicalista que celebramos pocas semanas después de esta entrevista, en donde como ya dije en otro artículo no se decía Falange si, Movimiento no; reunidos en el Palacio de Congresos de la Castellana de Madrid y en el posterior mitin de la Casa de Campo, con cinco mil camaradas venidos de toda España, la mayoría de buena fe que se volvieron tristes e impotentes a sus casas, la decepción de los que querían la Unidad mas en el Movimiento que en la Falange, logramos con el apoyo oculto de los gironistas, desactivar a los que querían nombrar un Jefe Nacional y una Junta con el germen de la confusión del sincretismo movimientista, mas tarde los raimundistas impondrían sus tesis contaminando más aun, si cabe, el nombre FE de la JONS que durante mas de tres decenios habian olvidado. Otros muchos siguiendo la estela de Narciso Perales y fieles a grito de Falange Si, Movimiento No, logramos legalizar FE de las JONS AUTENTICA, sin vinculación con el régimen franquista, que utilizando terminología y simbología falangista había desmantelado a la Falange de José Antonio, secuestrando su Revolución y falsificado su contenido. No volvamos a caer en el error, la desvinculación de la Falange de José Antonio con el Movimiento Nacional es vital para la viabilidad de la Revolución Nacional sindicalista, el único activo no contaminado es el propio José Antonio, su doctrina y su vida pública son valores todavía hoy respetados, no se puede decir lo mismo de los falangistas, declararse joseantoniano es altamente aceptado por la mayoría del pueblo, reconocerse falangista joseantoniano es hoy más clarificador que falangista a secas. Ceferino L. Maestú proponía, en la tertulia que estamos comentando, una “alianza” de organizaciones y de los falangistas que vamos por libre, esta alianza podría tener en su seno las siglas de FE de las JONS y las de las otras falanges que se integren, sería una alianza, una unidad de los joseantonianos españoles para organizarse políticamente y llevar con eficiencia y eficacia el nacional sindicalismo a la sociedad española y al mundo. Alianza Joseantoniana, Unidad Joseantoniana, en donde quepamos todos los que creemos que la doctrina final falangista, propuesta por José Antonio, es válida para que en España y en el Mundo triunfe la Justicia Social y que la libertad, la dignidad y la integridad del hombre sean plenamente reconocidas y ejercidas en todos los rincones del orbe.

La división de los falangistas es un hecho. Sin embargo, ¿por qué todos dicen o decimos que queremos la Unidad cuando la evidencia confirma que tendemos históricamente a la dispersión y que estamos inmersos en ella? ¿Por qué siendo generalizada la búsqueda de la Unidad entre los falangistas cada vez estamos más fragmentados? Da la impresión que solo sabemos hacer política cuando nos enfrentamos a nosotros mismos. No estamos entrenados para el dialogo con los otros, con los no falangistas y convencerlos. No somos capaces de llevar nuestras ideas a nuestros compatriotas más cercanos. Se gasta muy poca energía en formación y captación de nuevos militantes y simpatizantes. La mayoría de las acciones políticas que acometemos se quedan en nuestros propios círculos o son ineficaces o alejadas de los problemas reales de las gentes o reconozcámoslo son torpes y provocan el rechazo de los que nos ven y/o nos oyen. Nos conformamos con la baja política, callejera, de barrio, de banda, alejados de los foros en donde se debaten las ideas que mueven a la sociedad y en donde se sufren las injusticias. Nos desgastamos en luchas estériles, cada vez somos menos y lo que es peor sabemos menos lo que somos y lo que queremos. Algún día cairemos en la cuenta de que en realidad no queremos la Unidad porque entonces no sabríamos que hacer con ella, nos hemos acostumbrado a soñar en la Revolución Pendiente quedándonos anclados, atrapados, en el sueño, no queriendo despertar a la realidad sangrante del sufrimiento de miles y miles de compatriotas víctimas de la injusticia social y del desgarro agonizante de la Patria. Ante esto, que importan los símbolos y los nombres. Es el Pan, la Patria y la Justicia para todos los hombres que pretendan ser dignos de alcanzar cotas de libertad como nunca se hayan visto, rompiendo todas las cadenas de esclavitud que les atan a los amos financieros, a los salarios, a los Estados tiránicos de partidos o de partidos únicos, al dinero de los poderosos oligarcas, a los falsos profetas, a los dioses hedonistas pasajeros, a las falsas democracias, a los sin Dios o a los de muchos dioses, a los incapaces de servir por amor porque no le conocen ni quieren conocerle y el destino imperial de España, el triunfo de la vida sobre la muerte, la familia como célula sagrada primordial del orden social, la convivencia y solidaridad entre las naciones, la verdadera democracia participativa por medio de los cauces naturales con un voto libre de verdad para cada hombre, la propiedad del trabajo sobre la empresa y la tierra, el dinero al servicio del trabajo y de la felicidad del hombre, la supremacía de lo espiritual ante el mundo materializado que destruye la alegría y la trascendencia de la persona humana, esto es lo que importa y por lo que merece la pena Unirse, despertar y luchar. Esta es la tarea de destino que justifica la UNIDAD.


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