HISPANIAINFO / Esta vez la Tertulia del Krak se anunciaba más concurrida, como así fue. Y es curioso que, a cada tertulia, se renueva una parte de los asistentes. Siempre aparece gente que asiste por primera vez. A muchos de ellos no los conocíamos. Una parte importante de estas nuevas incorporaciones –según ellos mismos manifiestan en sus intervenciones- han sabido de la Tertulia por este medio de Internet. Pero hablamos de personas que llevaban décadas sin acudir a ninguna actividad o acto de signo falangista. Estaban ahí, como en un letargo de supervivencia, esperando alguna señal o cambio en el ambiente que les animara a salir de nuevo a la vida; por lo menos, para ver qué hay de nuevo en estas Tertulias y en lo que se mueve a su alrededor.
Hay como una bolsa soterrada de falangistas que están ahí, como esos yacimientos de petróleo que se descubren y asombran a los agoreros que anuncian que la energía se acaba y que nos espera un mundo a oscuras. Y no es así. Nosotros, desde HISPANIAINFO, lo venimos anunciando hace tiempo. Nos basta con contar el número de visitas que recibimos; y repasar los nombres (seudónimos en su mayoría) de los que envían sus comentarios y participan activamente en los debates. Y el nivel que se aprecia entre los que aquí participan es ya una constatación de que existe un falangismo muy vivo a nivel de las ideas, posiblemente en condiciones de concretarse en algo con valor operativo a medio y largo plazo.
No es tiempo este para las urgencias. Tampoco para el quietismo y el abandono. Pero queda claro que la “materia prima” está ahí, y es de magnífica calidad. Porque han sobrevivido los auténticos, los enamorados de la doctrina y de la personalidad humana e histórica de José Antonio, seguros -por el contraste con lo que existe en el conjunto de las ideologías dominantes- que la filosofía política falangista está en una situación de vigencia y de novedad acaso como ninguna otra para dar respuesta a los desafíos de esta sociedad y de este tiempo. Es como, si de pronto, la “profecía” de Herman Kahn y Anthony J. Wiener, tomaran cuerpo y vida en esta España de “El año 2000”, que ese era el título de su obra, publicada por Revista de Occidente, 1969, (Biblioteca de política y sociología). En esa obra se anuncia una crisis mundial, con gran repercusión en Europa, donde un grupo de intelectuales y políticos de ideología falangista obtendrían un gran éxito con repercusión internacional, particularmente en Iberoamérica y en Europa.
¿Y por qué no? Se dan las condiciones objetivas que se apuntan en la obra de Kahn y Wiener, que es “un marco para la especulación”, pero sobre datos y tendencias que no se inventan, y que ellos tenían delante en los informes y estudios que a tal efecto habían reunido.
Pero no se trata de hacer nuestra particular especulación sobre las posibilidades de futuro expuestas en ese libro. Hablamos de lo que vemos, de lo que podemos constatar en el día a día de este blog de pensamiento joseantoniano, en las Tertulias del Krak , en las reuniones y actividades que hacen otros falangistas, muchas de ellas de carácter social, sin la etiqueta nuestra, en colaboración con personas y asociaciones sin definición política concreta, pero perfectamente homologables con nuestros principios y valores. Es cuestión de trabajar intensamente; cada uno en la parcela en la que le toca y con las personas de su entorno. Sirviendo, que el servicio es un imán perfecto para atraer a nuestras filas a los mejores de cada actividad en la que estemos. ¿No decimos que el espíritu de la milicia y de la religión informan nuestro modo de entender la vida y la manera de estar en política?: Pues si es así, hemos de ser muy activos en la difusión de nuestra doctrina y en el proselitismo para ganar nuevas voluntades, nuevos militantes. Y para ello no hemos de hacer nada raro, ni cambiar nuestras palabras y formas de personas perfectamente situadas en el tiempo y en la sociedad de hoy. Simplemente habremos de mantener una temperatura ética y moral exigente; un conocimiento lo más riguroso posible de lo que necesita este mundo y de las soluciones que debemos aportar; una coordinación y colaboración sincera con cuantos comparten con nosotros valores y principios de la misma naturaleza; y esperarlo todo, sin conformarse con menos de lo que podríamos lograr.
¿Soñar? Nada de eso. Sentido común, mucha fe, entrega en la medida que cada uno sea capaz, y poco más. Con eso bastará. Cada día trae su propio afán. Nada más se nos puede pedir. Y veremos como la obra de nuestras manos se incrementa, tal y como hemos apuntado al comienzo de esta crónica sobre los avances que se producen a la vista de quien quiera mirar con realismo.
Aquí creemos que estamos de enhorabuena. Y ya puestos, sin levantar los pies de tierra firme, pensemos en que el futuro nos pertenece; y hasta, a lo mejor, nos quedaremos cortos.
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