HISPANIAINFO/ No es momento de andarse con tibiezas. El asunto es muy serio y, en estos casos, no valen ni las “verdades relativas” ni los “casos excepcionales”. Hablamos del derecho a vivir. Pero no del derecho a vivir entendido de forma ambigua y como palabras muy bonitas en declaraciones que pretenden ser universales pero que luego, en realidad, tan sólo sirven de excusa a imperialismos sedientos de sangre y petróleo para invadir a naciones más desfavorecidas históricamente. Hablamos del derecho legítimo y natural a la vida que le corresponde a toda persona por el mero hecho de haber sido concebida y, de alguna manera, lanzada a la existencia en el mundo.
Hace décadas que España (y otras naciones desde mucho antes) sufre el problema social del aborto, una cuestión que alcanza a los índices morales de toda persona independientemente de sus simpatías políticas. Un aborto, guste más o menos la definición, es el asesinato de una vida inocente por decisión de la madre en la que se encuentra desarrollándose. El padre, independientemente de si resulta ser cómplice o víctima de tan vil crimen, no pinta nada.
Durante varias décadas los defensores del derecho a la vida han tenido (hemos tenido) que soportar la existencia de una ley que justificaba el asesinato de niños inocentes supuestamente en casos excepcionales. Y decimos “supuestamente” porque esa ley resultó ser un coladero, gobernando tanto la izquierda como la derecha.
El retorno de la izquierda al poder, en los comicios generales del año 2004, nos terminó conduciendo a la legalización del coladero que suponía la legislación abortista vigente en aquellos momentos, a la ampliación del asesinato en circunstancias distintas y, lo más siniestro de todo, a la conversión de una “opción”, como se había denominado al aborto hasta entonces, en un “derecho”.
¿Un “derecho”? Aquella palabra, tan bonita como manoseada por los políticos charlatanes, escondía y sigue escondiendo, por parte de sus defensores, un inquietante pensamiento: el control por parte de las autoridades de la natalidad de la población existente bajo su autoridad. Ya no bastaba con tratar de justificar moralmente, si es que acaso una mente sana podía aceptarlo, el crimen del aborto. Resulta que también pretendían hacer a la mujer cómplice consciente y orgullosa del mismo.
Tiempo después, la tendencia en las urnas cambió. El nuevo Gobierno, en la línea de lo que muchos pensábamos, optó por no defender la vida (pese al absoluto poder que logró electoralmente) y limitarse a regresar a la antigua ley abortista. Ante la acomplejada y cobarde postura del Gobierno de España, hemos comprobado con mucha preocupación como muchos de los llamados “próvida” han mostrado alegría ante la noticia. Por si alguien no se ha enterado, muchos de los que con Zapatero en la Moncloa se echaron a la calle para protestar contra la ley criminal ahora se declaran partidarios de una nueva ley por la única razón de que será la promulgada por el partido de su gusto.
No podemos consentirlo más. La reforma, o mejor dicho, el regreso a la ley de 1985, es algo que no aceptamos. La única cifra de abortos que queremos que haya en España es de 0, no podemos aceptar ninguna otra por mucho conocimiento paterno o malformación en el feto existente.
El día 24 de marzo pensamos echarnos a la calle, a demostrarle a la sociedad española que existen jóvenes comprometidos con el derecho a la vida humana y que no aceptan las tibiezas ni los parches del Partido Popular. Todo aquel que quiera estar a nuestro lado será muy bien recibido, pero no aceptaremos, y esto que quede muy claro, a todos aquellos que aprueban el aborto promulgado por el Partido Popular.
Es muy sencillo: o se defiende la vida o no se defiende. Ya se ha perdido mucho tiempo en aclarar cosas tan elementales y va siendo hora de que los auténticos próvida se muestren y aparten a un lado, muy lejos de nuestras justas reivindicaciones, a todos aquellos tibios acomplejados defensores del aborto del Partido Popular.
¡Acude el 24 de marzo con nosotros! Poesía que Promete y –elmunicipiotoledo- harán oír sus voces a todos aquellos concentrados en la Puerta del Sol de Madrid. Que se enteren de una vez: ¡No aceptaremos ni el aborto del PSOE ni el aborto del PP!
¡Defiende el derecho a la vida, no te quedes callado en casa!
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