En las últimas semanas del mes de
agosto y las primeras de septiembre, ante la inminencia de las elecciones
generales y la previsible victoria electoral del Partido Popular, este partido
ha lanzado algunas ideas sobre las medidas que piensa implementar en materia
laboral que desde Unión Nacional de
Trabajadores (UNT) rechazamos tajantemente.
Para empezar, desde UNT
condenamos la culpabilización que el PP está haciendo de los actuales modelos de
contratación, haciéndolos responsables del actual desempleo a causa de unas
supuestas rigideces que suponen –según ellos– un desincentivo a la contratación.
UNT considera que el actual modelo de contratación tiene muchas deficiencias,
pero en absoluto puede achacarse a las mismas el desempleo, pues en otros
momentos de mayor ocupación el modelo era el mismo. Es decir, las causas del
desempleo son otras que tienen que ver más bien con el actual modelo económico
capitalista, el mismo que, sin embargo, el PP ni siquiera se plantea modificar.
Mariano Rajoy, previsible futuro
Presidente del Gobierno por el PP –si no
se produce alguna anomalía similar a la ocurrida en 2004 con los atentados del
11-M–, ha anunciado una simplificación
de los actuales modelos de contratación, y aunque no ha concretado mucho
más, sí ha adelantado al menos que la idea es fomentar un contrato de tipo
estable como norma. Pues bien, desde UNT consideramos que esa argumentación es una estafa, pues
por un lado contradice la criticada supuesta rigidez del modelo de contratación
(¿es menos rígido tener que optar entre 3 ó 4 tipos de contrato que por la
amplia gama actual?), y por otro supondrá una sustancial rebaja de las ya
escasas garantías que acompañan a los actuales contratos indefinidos (menos
indemnización por despido, más facilidades de rescisión, etc.).
Pero además hay un problema de
fondo que conviene denunciar: la multiplicidad actual de tipos de contrato
laboral se debe al mantenimiento en nuestro sistema laboral de uno
de los principios que al mismo
aportó el Nacionalsindicalismo, que
es el principio de relación de trabajo y
el consecuente de causalidad del contrato (la esencia del contrato debe
residir en la verdadera relación de trabajo existente, independientemente de lo
que formalmente diga el contrato escrito o verbal). Ello supone que, según sea
la situación laboral real, así debe ser el contrato: temporal, fijo discontinuo,
indefinido, de interinidad, de formación, etc. ¿Pretende acabar el PP con el principio de
relación de trabajo y de causalidad del contrato? Eso supondría dar primacía
a la letra del contrato sobre a la verdadera relación laboral subyacente (algo
que los liberales llevan años reclamando en nombre de la “libertad de las partes para contratar lo
que estimen oportuno”, olvidando que el empresario y el trabajador no están
en igualdad de condiciones negociadoras), y por ende se terminaría por desterrar
de nuestro sistema legal las denuncias de fraudes de ley (es decir, que ya no se
podría alegar que el contrato formal no es acorde con la verdadera relación
laboral, lo que dejaría vía libre al abuso ya de forma legal). Esta propuesta
aparentemente inocua es, por lo tanto, tremendamente peligrosa si se lleva hasta
sus últimas consecuencias, y por ello UNT alerta del peligro que supondría su
implantación.
La otra propuesta concreta
anunciada por el PP es la eliminación de
los convenios colectivos sectoriales y su sustitución por convenios de
empresa, que serían en el futuro los únicos convenios con primacía real
(sólo por detrás en importancia de la legislación laboral). Nuevamente se trata
de una propuesta que se trata de justificar con un argumento en principio
razonable (que es a nivel de empresa donde la negociación colectiva puede
ajustarse mejor a la realidad de la situación económica de la empresa), pero cuyos efectos pueden ser muy
contraproducentes. Y ello porque a nivel de empresa los controles sobre los
abusos son menores y las presiones sobre los trabajadores y sus representantes
son mayores. Hasta ahora a nivel de empresa no podía negociarse nada que
restara derechos respecto a lo pactado en los convenios sectoriales, pero si los
convenios de empresa pasan a tener prioridad, los empresarios podrán presionar
(e incluso “comprar”) a los representantes sindicales con mayor facilidad para
que firmen lo que ellos propongan y que será finalmente lo que deba aplicarse
por encima de cualquier convenio de ámbito superior. Es decir, reducir el ámbito de negociación a la
empresa con preferencia al ámbito sectorial va a dar lugar a más abusos y menor
control de los mismos.
Desde UNT entendemos que la única
forma de paliar los previsibles efectos negativos de esta priorización de los
convenios de empresa sería la de condicionarlos a la necesaria aprobación por
parte de los trabajadores en Asamblea, pues si todo queda en manos de los
representantes sindicales (tanto la negociación como la aprobación), éstos serán
sometidos a grandes presiones, serán muchas veces “comprados” por las empresas y
éstas crearán aún más candidaturas “amarillas” para legalizar la firma de
convenios vergonzosos para los trabajadores.
Desde UNT queremos avisar a la opinión
pública del peligro que entraña la reforma laboral anunciada por el PP para
cuando gobierne, al tiempo que denunciamos la utilización de la actual crisis
(crisis del Sistema, pero a la que ha contribuido decisivamente el PSOE con su
negligente gestión) para restar derechos laborales a los trabajadores sin
incluir ninguna propuesta que afecte ni a la esencia del problema (el sistema
capitalista y sus disfunciones) ni a los capitalistas. El PP pretende que todo
el esfuerzo para salir de la crisis lo
efectuemos los trabajadores y que los verdaderos culpables se vayan de rositas.
Es decir, para el PP –al igual que para el PSOE hasta ahora– la solución a la
crisis capitalista es la socialización de las pérdidas y la privatización de las
ganancias. Vamos, que nos tocará pagar
los platos rotos a los de siempre…
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