HISPANIAINFO / El número de asistentes no importaba, pero el local se llenó y hubo bastantes personas que no dispusieron de asiento.
Ceferino L. Maestú hizo una exposición que convenció a todos. Entrañable y brillante, como siempre. Algunos se llenan de respeto por sus jóvenes 91 años y toda su trayectoria militante. Y hasta le llaman “Don Ceferino”, como un emocionado joven profesor universitario que venía de la izquierda marxista al falangismo. Maestú -en conversación al final de la tertulia- le dijo: “yo también era comunista a los catorce años”, lo que no deja de tener su aquel sobre la precocidad y la pasión política del veterano camarada.
Asistieron todas las falanges, y no se detectó en el ambiente signo alguno de desencuentro. Todo lo contrario.
Sólo hubo una persona (que se expresó con toda libertad) que levantó las protestas civilizadas (menos una) de casi todos los asistentes. El único comentario de Ceferino Maestú al respecto fue: “Ese me aburre”.
La nota 10 para una camarada (Cristina) que se vino a Madrid desde Asturias para asistir a la tertulia. Eso emocionó a Ceferino, que la aplaudió.
Los viejos tópicos sobre la desunión y la ausencia de horizontes de futuro -en algún momento manifestado- fueron barridos por la presencia muy positiva y el ánimo participativo de todos los que intervinieron.
De rendirse nada. Hay mucho por hacer. Pero todo es más que posible si se mira hacia adelante y se trabaja con el espíritu de entendimiento y de unidad que mostraron los asistentes. Empezando por los grupos ya constituidos y terminando por los organizadores de la tertulia, que hemos hecho lo que debíamos. Unos y otros, sin alardes ni protagonismos.
Esto es lo de hoy. Cada día traerá su propio afán. Y el mañana será lo que entre todos queramos hacer unidos tras la bandera que levantó José Antonio Primo de Rivera. Sin retóricas, pero el futuro nos pertenece, porque nada verdadero se pierde.
1 comentario:
La mejor forma de conseguir la unidad de los falangistas es mediante este tipo de encuentros donde se deje a un lado los problemas personales y se pongan en funcionamiento los principios doctrinales de todos los nacional-sindicalistas.
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