Anglada puso el acento en la necesidad de preservar nuestras raíces cristianas sin las cuales, dijo, no sería concebible la Cataluña próspera, laboriosa y civilizada que ha sido siempre un ejemplo para el mundo. El líder identitario estuvo acompañado por los concejales de su partido en Olot, Moisès Font e Ignacio Mulleras, así como por destacados militantes y simpatizantes de la PxC en la capital de la Garrotxa.
Al acabar la misa, en un santuario repleto de fieles, muchos de los cuales vitorearon a Josep Anglada, la comitiva de PxC participó en la tradicional procesión por las calles cercanas al templo.
Posteriormente, el presidente de PxC asistió en la plaza Mayor al tradicional baile de gigantes, cabezudos y caballitos, que forma parte del legado cultural olotense y que congrega cada año a personas procedentes de numerosos puntos de la geografía catalana.
En declaraciones a los medios, Anglada dijo que su visita a Olot era un reconocimiento a los regidores, militantes y simpatizantes de su partido que lograron convertir a la PxC en la tercera fuerza política del municipio, sólo por detrás de CiU y el PSC. Todo un dato indiciario de la conversión de la PxC en la gran esperanza catalana frente a la propagación de la forma de vida islámica.
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