Sindicalismo U.N.T / Tal y como informaba hace unos días el periódico Patria Sindicalista,
el sindicato Unión Nacional de
Trabajadores (UNT) se presentó la tarde del
pasado sábado, día 11, en el Hotel Abba de Valencia. Culminaba, con este acto,
un trabajo de
asentamiento que dará paso —ha dado paso ya— a un proceso de
expansión.
Se dirigieron a los presentes Jorge
Adsuara, presidente provincial de UNT de Valencia, que
hizo una breve síntesis del desarrollo del sindicato en Valencia y expuso la
firme idea de que, frente al «capitalismo agresor e
injusto», «no aceptaremos el abuso por pequeño que éste
sea» y de que la UNT rechaza y rechazará abiertamente
la política entreguista de los sindicatos que «se han
vendido al Sistema».
A Adsuara le siguieron Javier
Giner, por la sección de Justicia
de la UNT; Manuel Meilán, que se centró en la
problemática de los trabajadores de la seguridad privada, y Juan
Roca, que incidió en los problemas de los trabajadores de la
ONCE.
Previa a la intervención del presidente nacional de la
UNT, Jorge Garrido San Román, se procedió a la
proyección de un documental sobre la presencia del sindicato
nacional-sindicalista en la calle.
Jorge Garrido diseccionó el actual
estado de corrupción sindical, centrado fundamentalmente en
CCOO y UGT, y que desde su punto de vista
parte tiene su génesis en los llamados Pactos de La Moncloa, en 1977,
momento en el que los
«mayoritarios» iniciaron el pistoletazo de salida de la aceptación de la progresiva pérdida de derechos
y libertades sindicales para el conjunto de los
trabajadores y, paralelamente, la consolidación de auténticas
estructuras mafiosas al servicio de sí mismas y del Sistema.
Garrido insistió, además, en que la
actual crisis económica —que tendrán que pagar quienes no la
han provocado— es consecuencia de la inutilidad de la
izquierda, sí, pero compartida con los gobiernos del José María
Aznar, que basaron su política económica en la «economía
especulativa», en el fomento indiscriminado de «mano de obra
barata» y la «cultura del pelotazo» a través fundamentalmente del «sector del
ladrillo».
El presidente de la UNT señaló, por
último, que el sindicalismo de nuevo cuño debe basarse en quebrar la trasnochada idea
de «clase», ya que un sindicalismo auténtico y eficaz
debe abarcar a todos aquellos que producen,
frente a quienes representan un rémora para la sociedad, apostando por un
sindicalismo independiente, unitario, sin
subvenciones ni «liberados», y
abiertamente revolucionario. «Los mileuristas
—concluyó— son los proletarios del siglo XXI» y éstos deberían
ser los protagonistas de un cambio radical guiado por un
inequívoco espíritu de servicio a la comunidad
y a la patria.
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