miércoles, 7 de diciembre de 2011

Nuestras fiestas no se tocan.




FE-JONS/ La rentabilidad será la medida de todas las cosas. Según publica hoy el diario digital eleconomista.es patronal y sindicatos han llegado a un principio de acuerdo por el que los días festivos serán trasladados a los lunes para evitar que el ritmo de la maltrecha productividad española se quiebre aún más. Dicho cambio afectara sobre todo y principalmente a las festividades religiosas, de tanto arraigo en España y que tantos beneficios reportan, por lo cual la iniciativa deberá contar con el beneplácito de la Santa Sede.

Con esta propuesta de los paniaguados del sistema nos situamos una vez más ante la marginación de lo importante en favor de lo contingente. La concesión de días festivos siempre obedeció, desde que el hombre es hombre, a criterios conmemorativos de orden cultural, histórico y religioso. Descanso y conmemoración fueron ligados en el calendario para procurar a sus beneficiarios la calma necesaria para poder concursar en la celebración de la  efeméride o bien para honrar el santoral y los días de Precepto  participando en  las celebraciones religiosas. El que con el decurso de los años  este significado se haya ido desvirtuando por autoridades y ciudadanos es una realidad triste aunque reversible-somos revolucionarios-que da pie ahora a que el “todo por lo lúdico”, esa falsa religión fraguada en los talleres del capitalismo rampante,  se quede hoy sin puentes vacacionales. Paradójico.

FE-JONS encarece a las autoridades eclesiásticas a que no consientan, so pretexto de la crisis, que nuestras festividades religiosas no sean más que una anécdota para las generaciones venideras. Honrar nuestra memoria colectiva es también transmitir nuestras tradiciones de generación en generación. Y la tradición española se encuentra íntimamente ligada a la impronta católica, por mucho que se les indigestase a los ingenieros sociales del PSOE y por más que estorbe a los corifeos peperos de los contables de Bruselas.

Quede claro:España es una gran nación política y sobre todo histórica. Si deja de serlo, entonces sí que ya no será productiva. Queda en nuestras manos. En vuestras manos.


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