FE-JONS/ Los resultados de la destacada cumbre
del Consejo de la Unión Europea que ha tenido lugar esta semana en
Bruselas, proclamada con grandes aspavientos y preparativos para salvar
el euro, son bien claros: reforzar la capacidad del sistema para que los
grandes capitales sigan gobernando esta parte del mundo;golpe
definitivo a la soberanía nacional (que viene siendo apuñalada desde que
entramos en la Comunidad Económica Europea en 1986) y capacidad directa
de intervenir económicamente por parte del Banco Central Europeo en los
Estados miembros a partir de junio de 2012, al modo que lo ha venido
haciendo el FMI y el Banco Mundial en África y América del Sur durante
la segunda mitad del siglo XX. Puro neocolonialismo destinado a que
seamos menos personas, menos libres y más autómatas trabajando más por
menos.
Y todo ello, con la incapacidad añadida
de Zapatero/Rajoy, que no han conseguido el mínimo salvable de que
España tuviera capacidad de veto a dicha posible intervención partir del
verano próximo. O sea, que nuestro parlamento y gobierno nacionales
(sea del partido que sea) harán a partir de ahora –mucho más si cabe-
las veces de funcionarios a las órdenes de Bruselas-París-Berlín. O sea,
lo que la UE quiere, como ya ha demostrado directamente en Grecia e
Italia: gobiernos de tecnócratas, aunque de por medio haya unos
supuestos mecanismos democráticos. Mientras tanto, naciones todavía
libres como Islandia, que ha llevado a los tribunales a sus gobernantes
responsables de su propia crisis y que ha iniciado un proceso
nacionalizador de su política y economía, triplicará su crecimiento
económico en 2012.
Lo que merced a estos “ajustes” del
capitalismo se nos viene encima a partir del año que viene a los
europeos en general –a unos más que a otros-, y a los españoles en
particular, es algo muy parecido a una nueva Edad Media en la era del
capitalismo tecnológico deshumanizador; una nueva Edad Media en la que
las clases bajas y medias vamos a ver reducidas nuestras condiciones de
vida (más aún que en los últimos años), con sueldos cada vez más bajos,
pagos dobles por sanidad y educación, trabajos -¡quien lo tenga!- con
más horas y días. Y cada vez más controlados y vigilados por la
tecnología.
En los años 80, en FE de las JONS nos opusimos a
entrar en la CEE con aquellas condiciones tan desfavorables para España,
condiciones que ya sabíamos destruirían el tejido productivo español.
Poco después, principios de los 90, en FE de las JONS nos opusimos al
Tratado de Maastricht, que redoblaba el fin de la soberanía e
independencia nacional y apuntaba todo lo que ahora se está aplicando…
Hoy seguimos pensando igual, somos coherentes y no hemos variado nuestra
postura. Entre otras cosas, porque –por desgracia- teníamos razón en lo
que advertimos.
El fin del así llamado Estado del bienestar
desarrollado en Europa occidental desde finales de los años 30, en parte
por influencia de los movimientos nacionales europeos que los pusieron
en marcha, en parte porque el propio capitalismo lo estimó necesario
para apuntalarse y crecer durante los siguientes 70 años, acaba de
empezar. La alta finanza capitalista, que no ha dejado de tener
beneficios a escala mundial, continental y nacional desde el inicio de
esta nueva depresión, considera que dado que el sistema capitalista ha
entrado en crisis sistémica, tienen que ser otros –trabajadores
asalariados o autónomos- quienes paguen los platos rotos. ¡Nosotros, los
falangistas, nos oponemos y opondremos a ello!
Reclamamos desde
ya un referéndum nacional para ratificar o rechazar los nuevos
“acuerdos” que la UE ha puesto en juego para aplastar las naciones y las
personas en Europa. ¡Por la libertad y la soberanía nacional española!
Delegación Nacional de Exteriores
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