FE-JONS/ Punto y final al debate de investidura y
Rajoy ya es presidente ¿Y? Horas de discursos, pocas propuestas y menos
ilusión. España precisa de empuje y ambición, y parece imposible que
las medianías de izquierdas y derechas puedan procurárselas. Cuestiones
importantísimas para el futuro de nuestra nación han quedado nuevamente
relegadas al trastero del olvido por los partidos. Los falangistas no
renunciamos empero a traerlas de vuelta, pues tenemos la certeza de que
si no se encaran ciertas cuestiones, nuestra patria estará abocada a su
extinción. Uno de estos problemas, quizá el más importante dada su
envergadura y las consecuencias socio-económicas que conlleva, es el
llamado invierno demográfico español.
España se encuentra a la cola de los
países desarrollados en lo que a natalidad se refiere. Hace apenas una
década, nuestro país estuvo al borde de tener más muertes que
nacimientos, hecho que fue evitado por la llegada en masa de
inmigrantes, cuyo porcentaje de nacimientos –en torno a un 20% del total
de los que se producen en España-no dejó de crecer hasta la llegada de
la crisis, y cuyo impacto fundamentalmente en zonas rurales supuso en
algunos casos el 90% del cambio en las tasas de crecimiento
poblacional. Hoy los inmigrantes se marchan o asumen como propias
nuestras pautas de comportamiento, más dadas a liberarse de compromisos
personales que a contraerlos o, sencillamente, aguardan una oportunidad
en la cola de los cinco millones de parados.
El reemplazo generacional, a día de hoy,
se encuentra seriamente comprometido. Según distintos estudios, un país
necesita mantener una tasa de natalidad de 2.1 hijos por mujer para
reemplazar a su población actual. En España,estadísticamente, nos
quedamos a poco más que la mitad. Este panorama sumado a una esperanza
de vida en alza, nos deriva a un futuro donde se ensayarán medidas como
alargar la edad de jubilación, ampliar el período de cómputo de las
cotizaciones, transformar el sistema de reparto por otro de
capitalización o suprimir las prejubilaciones. Es igual. Son solo
parches y el problema seguirá engordando: en España, país envejecido y
con amplias zonas en vías de desertización, faltan nacimientos ¿Y qué se
hace? Nada a favor, sino todo al contrario: se suprimen ayudas exiguas
como el cheque bebé. Se rebajan las cuantías de las becas y aumentan los
requisitos para percibirlas. Se incumplen los compromisos de
conciliación de la vida laboral con la familiar. Decrecen los salarios
al mismo ritmo que el número de mujeres en edad fértil. Se promulgan
leyes que atentan contra la integridad familiar-divorcio exprés- o que
la cuestionan y desvirtuan, como la ley de matrimonio homosexual, o bien
que directamente legalizan el asesinato como la ley del aborto. Y no
existe compromiso expreso alguno del PP para derogarlas, como tampoco
existe referencia alguna de Rajoy al tema que nos ocupa.
FE-JONS vuelve a señalar la
implementación natalidad y la protección de la unidad familiar como
cuestión de Estado, seguramente uno de los problemas más graves a los
que se enfrenta España.
Los falangistas reclamamos que la
asignación de recursos para estos fines -más becas para guarderías,
aumento de las desgravaciones fiscales por nacimientos, cobertura legal
suficiente en materia laboral para la maternidad, ayudas especiales a
madres necesitadas, etcétera- sea una prioridad nacional.
Con la familia, con la vida, por España. No abandonamos.
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