PATRIA SINDICALISTA/ Mariano Rajoy, el nuevo presidente del Gobierno de España, ha
heredado una pesada losa sobre sus hombros. Con 5.000.000 de desempleados, y
9.000.000 de compatriotas en el umbral de la pobreza, el presidente «de todos
los españoles» debe ofrecer un plan de choque.
Inversión en infraestructuras
Las
infraestructuras que el PSOE congeló enviaron al paro a cientos
de miles de españoles. El Gobierno debe retomar estas obras públicas como medida
urgente de reactivación de empleo, especialmente en sectores como la
construcción.
Frenar la
inflación
Se oyen voces neoliberales que abogan por una
subida del IVA que alcance el 20 %. En una economía tan desajustada como la
española, y tan desigualitaria, una subida generalizada de este tipo incidiría
negativamente sobre el consumo. Más bien se debe optar por una subida impositiva
sobre productos que no sean de primera necesidad (alcohol y tabaco
principalmente), y una rebaja en el precio del combustible profesional para
incentivar algunos sectores como el del transporte, que ha dejado de ser
competitivo, y la agricultura.
Estabilización
del mundo laboral
Frente a la flexibilización que piden
los empresarios, que descargan en numerosas ocasiones en las espaldas de los
trabajadores españoles, su mala gestión o falta de miras, el Gobierno debe
fomentar la contratación indefinida, estimular la exportación de productos
españoles y reorientar la política industrial española.
Eliminar administración para ahorrar dinero
público
Los dos grandes partidos han cargado sobre los
españoles los recortes de la crisis para ahorrar dinero público, cuando lo
cierto es que eliminando las Comunidades Autónomas, el Estado ahorraría cada año
26.000 millones de euros en gastos corrientes y personal, con las diputaciones
24.000 millones de euros. Los 55,2 millones que vale mantener el Senado o los
casi 10 que se lleva la Casa Real se podrían emplear en dotar de financiación la
ley de dependencia.
Otras medidas:
autofinanciación de grandes partidos,
sindicatos y patronales
sindicatos y patronales
Los españoles no
pueden estar malviviendo cuando se conceden anualmente 131.000.000 de euros
subvenciones a partidos políticos, 204.000.000 de euros a los sindicatos,
incluye formación para el empleo, y nada menos que 400.000.000 de euros a las
patronales.
Con estas medidas de choque, se podría ahorrar el estado casi
51.000.000.000 euros que podrían invertirse en mejora de los servicios públicos,
y en la recapitalización de la administración, exhausta tras una nueva década de
despilfarro y pelotazos urbanísticos, como la que viviera España a finales de
los ochenta. Pero si España no intenta mantener un mínimo de capacidad operativa
en su ya cedida soberanía económica, todas estas medidas se supeditarán
nuevamente a los dictados del eje franco-alemán, del que España nunca ha formado
parte, poniendo en práctica, como una monarquía bananera, los dictados europeos
contra los intereses del pueblo español.
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