FE-JONS/ Ayer se cumplió el décimo aniversario de
los brutales atentados llevados a cabo por el radicalismo islamista en
tierras norteamericanas. Mientras las gentes de todo el mundo
escenificaban sus muestras de dolor compartido con el pueblo
norteamericano -al que FE-JONS se suma, como no podía ser de otra
manera- en la Cataluña virtual la noticia era la conmemoración de la
efeméride del 11 de septiembre de 1714. Una fecha que el nacionalismo ha
convertido en aquelarre independentista, en una jornada de odio a
España, partiendo de una fabulación histórica donde se sustituye la
realidad de la contienda entre partidarios de dos modelos sucesorios
distintos por una ocupación que nunca existió.
Que
estas manifestaciones de odio reúnen cada vez a menos gente es un hecho
incontrovertible. Pero ese desinterés del catalán de a pie por la
Cataluña imaginaria del nacionalismo no es proporcional al empeño de los
enemigos de España, beneficiarios de nuestro absurdo sistema electoral,
por alentar maniobras de distracción con la ayuda de un ejército de
estómagos agradecidos al clientelismo nacionalista al que se suman las
víctimas de la tergiversación histórica que preside tanto la educación
como los medios de comunicación.
Como cada año, ardieron enseñas
nacionales ante la impasibilidad de las fuerzas del orden, ahora de
competencia autonómica, además de alguna foto del Jefe del Estado. Ese
desistimiento institucional reiterado a la legalidad establecida debería
ser objeto de denuncia por parte de los partidos mal llamados
“nacionales” como PP y PSOE, pero mientras los primeros en boca de su
líder les han restado importancia calificándolos de “anécdota”, los
segundos han vuelto a evidenciar el carácter seguidista con el
nacionalismo (federalismo, lo llaman) mediante las declaraciones en la
víspera de la futurible sucesora de Rubalcaba y ministra de Defensa,
Carme Chacón. Una nacionalista al mando del ejército español y probable
candidata en el futuro a la presidencia de España. Zapaterismo.
FE-JONS vuelve a reclamar a las
autoridades la estricta aplicación de la ley en defensa de los símbolos
nacionales. Falange exige el cumplimiento de la legalidad vigente
relativa a la exposición de los símbolos nacionales en todos y cada uno
de los edificios que alberguen a las instituciones del Estado. Y las
autonomías lo son, no lo olvidemos.
FE-JONS vuelve también a
proponerse como instrumento en defensa de la unidad nacional y la
justicia social, síntesis inédita en el panorama político actual, cuando
es más necesaria que nunca.
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