domingo, 10 de julio de 2011

Tirar la piedra y esconder la mano antes de las elecciones.

Aunque, en principio, Zapatero va a seguir siendo el Presidente de Gobierno de aquí al mes de marzo de 2012, su decisión de abandonar el barco del PSOE en los próximos comicios electorales ha provocado que el debate político de actualidad se centre más en los futuros candidatos que en problemas como la crisis económica.

No obstante, siempre podría darse la posibilidad de que una moción de censura o una cuestión de confianza adelanten el proceso, aunque estas posibilidades podríamos casi descartarlas por completo ya que, en caso de llevarse a cabo y que triunfaran, no servirían de mucho ni al Gobierno (que arañaría unos cuantos meses más de poder hasta los siguientes comicios) ni a la oposición (que no tiene apoyo parlamentario para llevarlas a cabo, junto con el hecho de que unos comicios podrían otorgarle una mayoría absoluta de la que ahora carece).


¿Y quien es el que parte con más posibilidades?. Personalmente, veo como ganador a Alfredo Pérez Rubalcaba con mayoría simple. Pienso que el PSOE prefería tenerle detrás del Presidente o candidato de turno, porque es un tipo al que le gusta moverse en la sombra, pero debido a la gestión de Zapatero no les ha quedado más remedio que apostar por él directamente.

Rubalcaba lleva unas cuantas décadas ocupando cargos en diferentes gobiernos nacionales, lo que supone una gran experiencia a sus espaldas. Además, sabe como funcionan las altas esferas de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado… Recientemente, se le achacaba estar detrás de los “indignados” del 15-M.

Ahora, Rubalcaba defiende un mensaje populista y tradicional de las izquierdas con el que tratar de ganar votos, culpando a las clases altas y a los bancos de todo. Es consciente de que su militancia, al fin, ha comprendido que el PSOE no es tan de izquierdas como se creían.

Ese mensaje populista está desagradando especialmente a Izquierda Unida, quien se considera la única y verdadera fuerza de izquierdas en España. Y a los “progres sandía” (rojos por dentro y verdes por fuera) razón no les falta: el PSOE es un partido que ha colaborado con la banca privada y ahora trata de llevar un discurso contra aquellos a quienes ha beneficiado.

Siendo sinceros, nadie en España habrá que defienda las acciones de los especuladores y de la banca privada. Pero lo más hipócrita de todo esto es que el PSOE ha estado recibiendo apoyo de ellos y ahora pretenden utilizar ese mensaje populista para seguir en el poder… Claro que, por otra parte, los políticos hacen su trabajo. Si están donde están, es gracias a la manipulabilidad de los borregos que forman la masa social.

Por otra parte, en la orilla de enfrente del bipartidismo español las cosas no van mejor.

Los éxitos municipales y autonómicos del Partido Popular se han basado en la ineptitud de sus colegas del PSOE. Por así decirlo, el PSOE fue el mayor reclamo que tuvo el PP en los últimos comicios.
Ahora les toca enfrentar a Mariano Rajoy con Rubalcaba. Y éste no es Zapatero. Si Zapatero era la cara amable del PSOE, Rubalcaba es el líder sin escrúpulos. Y muy, pero que muy, difícil veo que Rajoy pueda obtener más popularidad (porque, al fin y al cabo, eso es la democracia liberal) que Rubalcaba si no ha sido capaz de derrotar a Zapatero.

Pero el único problema del Partido Popular no es Rajoy. Esta mañana me he levantado con la noticia de que, tranquilos todos los miembros del Partido Popular, han dicho que consideran “anecdótico” que Francisco Camps recibiera “regalos” debido a su cargo y que si ha de pagar multa, la pagará pero sin dejar el cargo.

Mi pregunta es: ¿Cómo puede hacer política el PP contra el PSOE utilizando el argumento de la corrupción cuando en su partido sucede lo mismo?.

¡Y no hablemos de Esperanza Aguirre!... El Partido Popular está tratando de aprovechar toda la indignación contra el genocidio abortista promovido por el PSOE (y consentido en su día por el propio PP) para obtener el apoyo del electorado católico. Y, sin embargo, Madrid es uno de los chiringuitos autonómicos que más dinero otorga a clínicas privadas donde se realizan ese tipo de intervenciones asesinas.

En estos comicios, volvemos a ver las dos caras del Sistema frente a frente: la utilitarista liberal (PP) y la socialdemócrata (PSOE).

Entre medias, los partidos nacionalistas periféricos e Izquierda Unida para tratar de dar imagen legítima a la democracia de partidos, junto con todas aquellas siglas que se presentan y están muy lejos de obtener representación alguna en el Congreso.

El contenido de la campaña electoral va a ser muy sencillo:

El PSOE tratará de eliminar el malestar social hacia sus políticas argumentando que un gobierno del Partido Popular eliminará subvenciones y recortará los gastos públicos en materia social, además de apelar a la preservación de “logros” como el ¿matrimonio? homosexual y la Ley de Memoria Histórica.

En la otra acera, el PP achacará los males de España a la deficiente gestión económica de Zapatero, recordando los años de Aznar (obviamente, sustituyendo el término “especulación” por “bienestar económico”).

Desde aquí adelanto que en España no habrá cambio gane quien gane. Únicamente se aspira a mantener el Sistema tal y como está y, como mucho, a reformar ciertos aspectos.

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