domingo, 22 de mayo de 2011

“NUEVA” MISIÓN EN LO UNIVERSAL PARA ESPAÑA.

Decía José Antonio que acabar con el capitalismo era una “alta tarea moral” y una tarea moral es lo que durante siglos acometió España en solitario, hasta desgastarse por completo. La defensa de la verdad y la justicia, de la Buena Nueva de Jesucristo. También definió José Antonio la patria como “una misión en lo universal”, es decir, que España no es una lengua, ni unas costumbres, es un hacer en favor de una causa que aglutina a varios pueblos en una misión común. José Antonio era un providencialista, es decir, consideraba que cada hombre y cada nación, tenía una vocación propia, a la que se debía rendir la vida si fuera preciso. Como hemos dicho anteriormente la misión de España, durante su historia, fue la de defender nada menos que la verdad y la justicia, ser como dijo el fundador “el brazo ejecutor de Dios”. Sin embargo, hoy es difícil imaginarse tercios españoles combatiendo a las “huestes de Satanás” de Lutero, o conquistando, digamos, África, para llevar la fe verdadera.

Sin embargo, la permanencia de España como nación depende de encontrar esta misión que vuelva a unir a nuestros pueblos, hoy dispersos por el liberalismo y el nacionalismo. José Antonio encontró esa misión en lo universal en esa alta tarea moral de la que hablábamos hace unos instantes. Acabar con el capitalismo que esclaviza a la humanidad entera, es sin duda una misión que podría volver a unir espiritualmente a los españoles.

¿Pero esta misión se corresponde con el ser de España? José Antonio, frente al supuesto patriotismo de los regeneracionistas, que ante la indudable crisis española, consideraron que la solución radicaba en despreciar todo aquello que había constituido la esencia española, y adoptar como si fuese una chaqueta nueva, la naturaleza de aquellos que precisamente España se había empeñado en combatir.  Por el contrario, José Antonio buscó una misión que encajara con esa defensa de la verdad y la justicia que había identificado a España, y lo encontró precisamente en la destrucción del sistema capitalista. Así cuando hablaba de la revolución que esperaba implantar en España pedía “…salud de cuerpo y alma y revolución que os haga felices…” Es decir que lejos de la visión materialista marxista, que consideraba al hombre exclusivamente desde el punto de vista económico, José Antonio consideraba que la revolución verdadera, tenía primero una dimensión espiritual, que había de acabar con el hombre viejo, pues sin ello, no se haría más que cambiar una forma de injusticia por otra.  Es el esculpirse a uno mismo que pedía Sánchez Mazas. Por supuesto, no pensaba en el superhombre de Nietzsche, sino en el santo cristiano, en el santo de los santos, Cristo, como ejemplo y meta de los españoles. Otra vez una España de santos y de héroes.

Acabar con el capitalismo es pues nuestra gran tarea. Os lo digo yo recién llegado de África, donde he podido ver como se mantiene a todo un pueblo en la miseria por los intereses de otra nación que no permite su desarrollo en su propio beneficio. Combatamos el imperialismo capitalista, fiados de que con ello cumpliremos con la vocación que Dios ha otorgado a nuestra España.

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