jueves, 21 de julio de 2011

Movimiento "La Rosa Blanca". Sophia Scholl.


Fuente: wikipedia.

Sophia Magdalena Scholl (9 de mayo de 1921, Forchtenberg, Baden-Wurtemberg, Alemania - 22 de febrero de 1943 en Múnich). Dirigente y activista anti-nazi del movimiento Rosa Blanca en la Alemania Nazi. En el momento de su detención era estudiante de biología y filosofía en la Universidad de Múnich. Su nombre está inscrito en el Walhalla (Monumento) de los alemanes ilustres.

Movimiento "La Rosa Blanca":

Empezaron a aparecer en Múnich varias pintadas en las paredes y panfletos en la Universidad sobre un movimiento opuesto a la guerra, denominado "La Rosa Blanca". Sophie se sintió atraída de inmediato por este movimiento y no fue sino hasta semanas después que se enteró que su hermano Hans Scholl y sus amigos eran los miembros de este grupo que había comenzado con cinco integrantes y se extendió rápidamente por toda Alemania.

Fue Sophie la encargada de captar al Profesor Kurt Huber para el movimiento.

Con su apariencia inofensiva y discreto atractivo, Sophie se encargó de trasladar a otras ciudades propaganda del movimiento y ayudar a conformar células a nivel nacional. Pronto la Gestapo, policía política Nazi orientó sus investigaciones contra el grupo aunque sin una pista.

Hans Scholl y su hermana Sophie lideraban al resto del grupo, que incluía a Christoph Probst, Alexander Schmorell y Willi Graf. El profesor Kurt Huber, preparó las dos últimas series de folletos que distribuyeron los muchachos.

Los varones de la Rosa Blanca eran veteranos de guerra, pues habían luchado tanto en el frente francés como en el ruso. Habían sido testigos de las atrocidades nazis, tanto en el campo de batalla como en el Holocausto, y eran conscientes de que el revés que la Wehrmacht había sufrido en Stalingrado podría eventualmente llevar a Alemania a la derrota.

Tras un largo intervalo de inactividad en sus actividades en la segunda mitad de julio de 1942, la Rosa Blanca tomó una postura más enérgica contra Hitler en febrero de 1943, repartiendo las dos últimas series de folletos y pintando eslóganes anti-Nazis a lo largo de Munich, principalmente en las puertas de la Universidad ("¡Fuera Hitler!").

La última distribución tuvo lugar en la Universidad, la mañana del 18 de febrero de 1943, a fin de coincidir con la salida de clase de los estudiantes.

Con la mayoría de los folletos ya repartidos en lugares importantes, Sophie Scholl tomó la decisión de subir las escaleras hasta lo alto del atrio y lanzar los últimos folletos sobre los estudiantes. Fue vista por un conserje, quien era miembro del partido Nazi, y cerró las puertas del edificio de la universidad encerrando a los hermanos Scholl mientras llamaba por teléfono a la Gestapo quienes arrestaron a los hermanos Scholl. Los otros miembros activos cayeron pronto en redadas a los amigos de Hans y Sophie, y tanto el grupo como todo aquel asociado con ellos fue interrogados.


En prisión:

La Gestapo colocó a una prisionera política alemana de nombre Elsa Gebel a espiar a Sophie con la intención de obtener más nombres de miembros del grupo; sin embargo, Elsa fue captada por el movimiento y cambió sus convicciones ante la dictadura, a quienes no proporcionó información alguna. Tras a la guerra, dirigió una carta a los padres de Sophie, a quienes hizo saber que, durante los últimos cinco días de la vida de su hija, le había cambiado toda su forma de pensar y marcado para siempre.

Los Scholl y Probst fueron los primeros en comparecer ante el tribunal, el 22 de febrero de 1943. Roland Freisler, Juez Supremo del Tribunal del Pueblo de Alemania, les acusó de traición y fueron condenados a ejecución en la guillotina ese mismo día. Extrañamente, a los Scholl y a Probst se les permitió compartir varios minutos solos antes de que se cumpliera la sentencia. Sus últimas palabras, justo antes de ser llevada a la guillotina, fueron: "Sus cabezas caerán también".

Los otros miembros clave del grupo también fueron decapitados más tarde aquel verano. Amigos y colegas de la Rosa Blanca, aquellos que habían ayudado en la preparación y distribución de folletos, así como con dinero recaudado para la viuda e hijos pequeños de Probst, fueron sentenciados a penas de prisión entre los seis meses y los diez años.

Sin embargo, la organización continuó, elaboró un séptimo panfleto y creció en células clandestinas con el objeto de hacer crecer la resistencia contra el Régimen.


5 comentarios:

Anónimo dijo...

No entiendo muy bien este artículo en una página falangista. Será porque en aquellas fechas falangistas estaban dando su vida en la lucha contra el enemigo común, será porque la derrota del eje significó también la perdida de la oportunidad revolucinaria nacionalsindicalista, será, enfín, porque está fuera de lugar.

Madrileño dijo...

Es importante diferenciar que falange no es fascismo, y mucho menos aun nacional socialista. Creo que el artículo es por este motivo. Para la falange es importe, que de una vez, la población, se dé cuenta, que falange no es fascismo, sino nacional-sindicalismo. Por otro lado falange es nacional, pero no nacionalista.

Anónimo dijo...

No nos engañemos: si los falangistas primigenios en vez de nacer en España hubiesen nacido en Italia habrían sido fascistas. De la misma manera que los falangistas no son fascistas, los nacionalsocialistas no son fascistas. Y ahora puedes llevar la contraria a Stanley Payne y demás reconocidos historiadores.

Nacional dijo...

Esta es una entrada muy importante que ayuda a endender que los falangistas no tenemos nada que ver con el nacional socialismo.

Nosotros queremos el bien para todos, ellos solo el bien para ellos mismo por que se creen dioses y no lo son porque Dios solo hay uno el Dios de la verdad y la vida, Jesus de Nazaret.

Anónimo dijo...

Algunos puntos en común:
rechazo del capital y del marxismo
patriotismo
Luego sí que hay ciertos ideales comunes. El devenir histórico situó a cada uno en su sitio.

Dejemos a Dios en las alturas que es donde debe estar. En pocos casos los pastores eclesiales, intérpretes de la voluntad divina, han predicado la política nacionalsindicalista.

A Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar.

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